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Inés Marquiegui no pudo ocultar su emoción al recordar el terrible momento que vivió la mañana del jueves, cuando le informaron que su hijo Federico Pacheco había herido a tiros, en la Municipalidad de Colonia Santa Rosa, al jefe de la Unidad Regional 2 de la Policía de la Provincia, Luis Aberestain, y que luego confesaría ante el juez Oscar Blanco que quería convertirse en el mayor asesino de la historia.
El Tribuno entrevistó ayer a la mujer, que es docente, en la vivienda donde creció el muchacho. El padre de Federico, que era geólogo, falleció en un accidente cuando su hijo tenía apenas tres años.
¿Cómo se enteró de lo sucedido?
Yo salí de casa alrededor de las once. Federico estaba durmiendo y lo desperté para preguntarle si iría al desfile y me dijo que tomaría el desayuno e iría a la plaza. Estaba en la casa de mi madre cuando me llamó mi hermano para decirme que mi hijo había herido a una persona. Salí desesperada a preguntar qué había pasado. Luego alguien me dijo que estaba muerto y corrí a la comisaría, donde me confirmaron que estaba detenido.
¿Observó algo extraño en él ese día?
Lo vi como todos los días, tranquilo. Si hubiera planeado algo, calculo que otra hubiera sido su conducta. Por eso me sorprendió que minutos más tarde haya hecho lo que hizo. No sé qué pudo haber pasado por su mente.
¿Sabía que tenía un arma?
¡Noooo...! No se lo hubiera permitido. Después de un incidente que tuvo el año pasado con un chico, estuve pendiente de que no tuviera nada extraño.
¿A qué atribuye su conducta?
Pienso que quizá se sentía discriminado. Los chicos le decían cosas, como que si fuera afeminado, pero nada de eso es verdad, porque es un chico normal. El año pasado parece que lo cansaron y lastimó a un chico con una estrella ninja. No fue nada grave, pero la policía lo detuvo y lo trató como si fuera un delincuente.
¿Cómo definiría a Federico?
Como un chico tranquilo, respetuoso, y de eso pueden dar fe los vecinos. No tiene vicios, sale muy poco y su mayor pasatiempo es la televisión e internet. Nunca imaginé que pudiera salir a la calle con un arma a matar gente.
¿Es consciente de lo que pudo haber pasado?
Sí. Yo creo que él fue al lugar para llamar la atención. Creo que quería llegar al balcón y hacer tiros al aire y se asustó al ver tanta gente.
¿Sabe que ante el juez manifestó que su intención era disparar contra la multitud, convertirse en el mayor asesino de la historia y luego suicidarse?
Es lo que escuché, pero mi hijo no tiene el perfil de un asesino.
¿Qué planes tenía Federico?
Quiere seguir estudiando. Este año no pudo porque le quedaron dos materias de la secundaria, pero tenía previsto rendirlas para ingresar a la universidad el próximo año.