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Estados Unidos no sale del horror. A dos semanas de la masacre de Aurora, en la que murieron 12 personas y más de 50 resultaron heridas, un nuevo tiroteo sacudió ayer al país. Esta vez, en Milwaukee, Wisconsin.
Ayer, a las 10 de la mañana, un hombre ingresó en un templo religioso, disparó contra los fieles del culto sij y mató a seis personas.
En un primero momento solo se informó de cuatro personas baleadas (incluido el primer policía que había llegado al templo sij de la ciudad estadounidense de Oak Creek, del condado de Milwake, luego de que las autoridades recibieran un pedido de auxilio al 911).
Pero luego la Policía confirmó que además el tirador mató a seis personas. En total, son siete los muertos, ya que los oficiales lograron eliminar también al tirador. Medios locales informaron que el Hospital Froedtert, de la zona, confirmó que tres hombres heridos habían sido trasladados a ese centro asistencial. Uno de ellos se encuentra en condición crítica en la unidad de terapia intensiva y otro fue operado, mientras que el tercero no revestía gravedad.
En cuanto al policía herido, los medios locales aseguran que su vida no corre peligro.
La noticia en los medios televisivos
Según se informó, el tiroteo comenzó a las 10 de la mañana mientras unas 50 personas estaban reunidas para asistir al rito religioso matinal. Uno de los miembros de la comunidad sij, Ven Boba Ri, informó que según mensajes que enviaron los fieles que se encontraban en el templo al momento del ataque, el tirador era un hombre blanco, de unos 30 años y contextura corpulenta. Llevaba un chaleco y dos pistolas.
Buscaron un posible cómplice
La zona dentro de la cual se encuentra el templo sij (una religión de la India) fue cerrada por la Policía y en el lugar trabajó un equipo SWAT, un equipo de la Policía del Condado de Milwake y otro del FBI, quienes lograron “derribar” al atacante y luego rastrillaron el lugar en busca de posibles cómplices, aunque todo indica que el hombre actuó solo.
Este incidente conmocionó a esta localidad de Estados Unidos que todavía no sale de su asombro por la masacre en un cine de Denver, cuando James Holmes, de 24 años, ingresó en una sala del complejo, disparó a mansalva contra los espectadores, mató a 12 personas e hirió a 58 durante el estreno de la última película de Batman el 20 de julio. Oak Creek ya había sufrido un tiroteo así. En 2005, un hombre llamado Terry Ratzmann disparó y mató a siete personas y luego se suicidó en una reunión religiosa en un hotel.