Fue casi simultáneamente. Después de que en Salta los hinchas de Juventud se treparan en el alambrado en el estadio Martearena (en señal de protesta para que otros 300 reciban entradas de favor e ingresen al estadio), los de River Plate hicieron exactamente lo mismo minutos después en el estadio José Amalfitani (el millonario perdía dos a cero contra Vélez).
inicia sesión o regístrate.
Fue casi simultáneamente. Después de que en Salta los hinchas de Juventud se treparan en el alambrado en el estadio Martearena (en señal de protesta para que otros 300 reciban entradas de favor e ingresen al estadio), los de River Plate hicieron exactamente lo mismo minutos después en el estadio José Amalfitani (el millonario perdía dos a cero contra Vélez).
Fueron dos incidentes parecidos, similares por la forma de protestar por parte los barras, sin embargo, el accionar de la Policía fue muy distinta y el final, también: en Salta el partido no se inició y en el barrio porteño de Liniers terminó sin problemas.
En el Martearena, unos trece barras del santo se treparon y nadie los pudo bajar, fue en vano el pedido de los futbolistas, del árbitro y de la Policía, que tampoco optó por usar la presión del agua con manguera.
En el Amalfitani la fuerza de seguridad no dudó en accionar el chorro a presión y los hinchas de River tuvieron que deponer su actitud en menos de diez minutos.
¿Por qué en Buenos Aires sí y en Salta no? ¿Está bien lo que hicieron allá o acá? En el fútbol de elite no dudaron ni pensaron en cuáles serían las consecuencias. En Salta no quisieron saber nada con la posibilidad de que algún barra cayera a sabiendas de que ya estaba en falta por contravención deportiva.
En Liniers, en el momento en que ocurrían los hechos, el subsecretario de Seguridad de la Nación, Darío Ruiz, ordenó la detención e identificar a los responsables de los disturbios (según consignaron las agencias nacionales). En el Martearena, el secretario de Seguridad de Salta, Federico Jovanovicz no abrió la boca y el jefe del operativo -Alvarez- se las tuvo que arreglar como pudo y no se detuvo a nadie en ese momento.
Para cubrir Vélez - River, que tuvo una concurrencia de más de 30 mil personas, se afectaron 700 policías; para cubrir Central - Juventud la policía salteña afectó a 903 uniformados para custodiar a 14 mil simpatizantes.