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Los ecos de la violencia y del viciado vínculo entre dirigentes y barras ofreció en la jornada de ayer un nuevo capítulo, y promete brindar nuevos episodios para los días que vendrán. Tras la denuncia de amenazas realizadas el pasado viernes por el presidente de Juventud Antoniana, Rubén González, y la manifiesta extorsión de un grupo de hinchas por entradas de favor, que derivó en la suspensión del clásico del domingo con Central Norte, llegaron una tras otra las capturas de los referentes involucrados y la ola de detenciones no cesará, ya que continúa abierta la investigación que está a cargo del juez Alvarado Solá y el Juzgado de Instrucción Formal de 6ª Nominación.
Tras las detenciones de Gustavo Reinoso y de Néstor Ruiz llevadas a cabo entre el lunes y el miércoles, ayer fueron capturados y apresados otros cuatro barras señalados como responsables de las amenazas a González y del plan orquestado para suspender el partido con el cuervo. En la madrugada de ayer la policía detuvo a Adrián Alejandro Sánchez -de 30 años, apodado El Indio-, mientras que en horas del mediodía se entregó por voluntad propia otro de los hinchas buscados, Ariel Gustavo Ramos -de 32 años, alias Pimpollo-. Las detenciones continuaron a la tarde con las capturas de dos hermanos procedentes de barrio Democracia: Gustavo (19 años) y El Monito Flores (16).
El menor fue trasladado al Centro de Atención a Jóvenes en Conflicto con la Ley, mientras que los cinco restantes permanecerán alojados en la alcaldía judicial y no serán excarcelados hasta tanto se les tome las declaraciones, teniendo en cuenta que la causa está caratulada como extorsión con vínculo agravado en grado de copartícipes. La mayoría de los detenidos funcionaron como ideólogos, ya que incitaban vía telefónica fuera del estadio a los que treparon al parapelotas, hasta tanto logren su cometido de que se liberen las entradas exigidas a la dirigencia.