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El socialista François Hollande conquistó el poder en Francia prometiendo menos austeridad y más crecimiento económico frente a la crisis que golpea a toda Europa. Sin embargo, sus primeros presupuestos de Estado para 2013 proponen todo lo contrario. A cinco meses de haber sido electo presidente, ese abandono de las promesas electorales es un intento de preservar la credibilidad nacional en el Viejo Continente cuando está perdiendo autoridad y credibilidad entre los electores. Los recortes por 37 mil millones de euros, suponen el mayor ajuste presupuestario que ha conocido el país en las últimas décadas, hasta el punto que el primer ministro, Jean-Marc Ayrault los calificó como “presupuestos de combate”.
El Tribunal de Cuentas estimó hace meses que Francia necesitaba realizar en los próximos años entre 50.000 y 60.000 millones de recortes. Hollande comienza con un primer ajuste de 37.000 millones, esperando que la coyuntura mejore. Sin embargo, nadie cree en las previsiones oficiales. Los sindicatos agitan el fantasma de supresiones masivas de puestos de trabajo. La patronal estima que las subas de impuestos van a seguir deteriorando la competitividad de la economía. Y los economistas temen que el ajuste no contente a nadie ya que no permitirán crear empleo, y serán insuficientes para sanear las cuentas del Estado.
Nadie cree que Francia pueda alcanzar el mítico 3% de déficit el año próximo, teniendo en cuenta que la austeridad a la francesa tiene como peculiaridad las subas masivas de impuestos: habrá 17 mil millones de euros en recortes al gasto público, y 20.000 en aumentos de impuestos. Con la excepción de Educación, Interior y Justicia, todos los ministerios franceses deberán recortar sus gastos. Oficialmente, la suba de impuestos “solo” debería afectar a las grandes empresas y fortunas, pero en la práctica, serán las clases medias las que soportarán el grueso del ajuste.
Cifras desalentadoras
El ministro de Economía, Pierre Moscovici señaló que el Ejecutivo ha armado sus cuentas sobre una hipótesis de crecimiento del 0,8% en 2013 (este año será, según sus cálculos, del 0,3%). Los expertos consideran estas cifras muy optimistas, sobre todo porque hace tres trimestres que la economía está estancada, el desempleo alcanza ya el 10% y el desanimo pesa en las familias y empresas. La meta del Gobierno es llegar al 3% del déficit en 2013 y de allí el ajuste propuesto por Hollande.
La banca española, en problemas
La consultora estadounidense Oliver Wyman informó ayer que la banca española necesita casi 54.000 millones de euros para sanearse, cantidad que se eleva a 59.300 millones si no se tienen en cuenta los procesos de fusión en marcha. De esa cantidad, más de 46.000 millones de euros corresponden al déficit de las entidades nacionalizadas, con Bankia a la cabeza, que necesita 25.000 millones.