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En la vereda del edificio donde funciona el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (Ippis) asumió ayer el guaraní Enrique Arello al frente del consejo directivo del organismo, cargo que durante los dos últimos años ocupó Indalecio Calermo. Pero Calermo, representante del pueblo wichi, no estuvo presente.
Minutos antes de las 20, una escribana dejó constancia del acto en el que tomaron posesión cinco vocales electos en diciembre pasado y durante el cual también se distribuyeron cargos. En total son nueve los vocales, pero los otros cuatro permanecían ayer en Tartagal.
Según Arello, esa mayoría simple le dio la venia para hacerse cargo del Ippis y comenzar a trabajar por los aborígenes de la provincia con objetivos a largo plazo. “Queremos un gobierno más participativo, equitativo, democrático, justo, recíproco y horizontal. Los intereses de las comunidades serán consensuados”, marcó como base de su gestión.
Para alcanzar los objetivos que fueron detallados en una plataforma, trabajará con el chulupí Juan González (vicepresidente), el chorote Marcos García (tesorero), el tapiete Juan Vega (secretario del consejo) y el chané Luis Mojica (secretario de planificación). Todos tomaron posesión en la calle porque la subsede del Ippis, ubicada sobre calle Brown de esta ciudad, estaba cerrada con candado; un cartel pegado en la pared anuncia, además, que no se abrirá hasta el 28 de febrero próximo.
La renovación de las autoridades del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas estuvo cruzada desde el principio con acusaciones desde todos los frentes. Las interpretaciones que los distintos sectores hacen de la ley 7121, sancionada hace trece años, pero aún no reglamentada, abrió el juego para los tironeos semánticos.
“Este es nuestro derecho. Trataron de confundir al decir que somos la oposición, pero no lo somos. Queremos trabajar por los aborígenes”.
Quieren asegurar el
manejo de una cuenta
Lo primero que hará Enrique Arello hoy será certificar las firmas de los nuevos integrantes del consejo directivo del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas (Ippis) en el banco Macro. “Para que nadie más que nosotros, las nuevas autoridades, puedan manejar la cuenta”, indicó el aborigen a El Tribuno minutos antes de asumir como presidente del organismo.
En esa cuenta bancaria el Gobierno de la Provincia deposita todos los meses el 3% de las regalías provinciales. Con ese dinero funciona el organismo.
Todo el día le dedicará a las cuestiones administrativas, después de haber asumido ayer con la certificación de una escribana. Para el viernes preparan una fiesta en esta ciudad y para eso esperan la llegada de aborígenes de los distintos pueblos. Recién entonces los electos volverán a Tartagal para tomar posesión en la sede que el Ippis tiene en esa ciudad del norte provincial.
“(Indalecio) Calermo no puede pedir la anulación de este acto, porque tenemos la mayoría y eso nos habilita a asumir”, indicó Arello, quien asumió con el respaldo de los vocales chorote, chulupí, tapiete y chané. A Calermo lo apoyan los toba, los diaguitas y los kollas.