Salir jugando, a los toques y por la orilla. Ese perece ser el duro objetivo que se propuso Paolo Alvarez en su vida. El hombre lucha para que los niños de la zona sudeste de la ciudad de Salta, se mantengan fuera de alcance del paco.
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Salir jugando, a los toques y por la orilla. Ese perece ser el duro objetivo que se propuso Paolo Alvarez en su vida. El hombre lucha para que los niños de la zona sudeste de la ciudad de Salta, se mantengan fuera de alcance del paco.
Y para eso utiliza al fútbol como herramienta indispensable para mantener a los chicos ocupados en su tiempo libre.
Desde hace 15 años viene desarrollando su tarea en el barrio San Benito, pero con el tiempo armó un grupo de gente que trabajan en casi todos los barrios. En la actualidad lograron rescatar 14 canchas que están ubicadas en el corazón de una zona sensible a la influencia de las drogas. La gente de cada barrio hizo lo suyo y al final colaboraron los vecinos de San Benito, Convivencia, SITA, Siglo XXI y Santa Cecilia. Cada uno se encargó de la cancha más cercana.
Las campos de juego no tienen ni una gramilla y son el terror de las rodillas; pero lo mismo se juega y se pone. Ahora bien, todos los fines de semana congregan a una multitud.
Para tener una dimensión de la importancia social de este descampado recuperados hay que ver los números.
Sólo en Cebollitas hay 35 equipos; vienen hasta de los barrios San Alfonso, Las Palmas, Democracia y Calchaqui.
En total, sábado y domingos, entre grandes y niños, jugadores y familiares, las canchas congregan a casi 10 mil personas, todas de la popular zona sudeste capitalina.
Visto así, todo marcha de maravillas y sin contratiempos en la función de mantener a todos ocupados fuera de las resquicios donde se fuma paco.
Pero no todo es lo que se ve, pues ya recibieron la noticia de que en un tiempo desaparecerán las canchas gracias a que, por un negocio inmobiliario, se loteará el lugar y se construirán casas. El predio ocupa un lugar central de la zona y constituye el único espacio que puede ser utilizado como espacio abierto a actividades deportivas. En la zona sudeste habitan más de 250 mil personas, aunque todos piensan que vive más gente de la que se cuenta; por lo que se puede decir que allí vive casi la tercera parte de la población total de la capital. Sin las canchas, Paolo Alvarez y su gente se verán rendidos porque le quitarán la única herramienta, que utilizaron desde hace más de 15 años, para luchar contra el paco.
Ellos ya vienen realizando todos los pedidos formales antes las diferentes autoridades, aunque hasta ahora no consiguieron ningún tipo de respuesta. “Nosotros ya hablamos con el Indio Godoy, con la gente del Concejo Deliberante y con el Gobierno provincial; pero nadie nos dice nada. Si nosotros perdemos esto habremos perdido la batalla contra las drogas. Es el único ámbito que tenemos de contención para los niños. Acá nosotros les hablamos y los tratamos de mantener alejados del paco, dijo preocupado Paolo Alvarez.
Junto a él también se muestran preocupados el encargados de los Cebollitas, Daniel González, quien logró organizar un complejo campeonato junto a mujeres que ofician de planilleras y amigos que actúan como árbitros.
Lo que sucede es que con el tiempo que llevan trabajando en este potrero salieron cracks, como Bruno Videz, que ya juega en Lanús.
Todo gracias al trabajo de otro emblema del grupo que es Mario Pedriel, un hombre grande que aún se enferma de nervios en los partidos y sin embargo sigue enseñando el arte de salir jugando, tocando, por la orilla; por las márgenes de la ciudad que nadie mira ni tiene en cuenta.
Buscan padrinos para cebollitas
Si bien el Estado mira para otro lado, los reconoce. Desde la Subsecretaría de Deportes de la Provincia les entregaron camisetas y pelotas a cada equipo inscripto en la liga de Cebollitas; en la cual también participan las nenas.
Sin embargo, falta todo lo demás: botines, medias, guantes de arqueros y todos los implementos que deben tener los futbolistas.
Por otro lado, ya lograron comenzar a festejar los cumpleaños de los niños en el Salón de Usos Múltiples (SUM) de barrio San Benito.
Si bien hay celebraciones todas las semanas, a veces se hace muy difícil realizar las fiestitas por la falta de recursos.
“Nosotros pedimos a la gente en general y a las organizaciones en particular que quieran ayudar con esta tarea social que se acerquen. Pueden venir a las canchas los fines de semana o los viernes a los festejos en el SUM”, dijo Alvarez.
Lo cierto es que ya muchas personas son las que se acercaron y están apadrinando a un jugador cebollita para siga su carrera como deportista y como persona alejada de un flagelo que ya comenzó a castigar a niños de 8 años.
Para comunicarse con Alvarez para cualquier consulta o mayor información hay que marcar el 156836364 y con el organizador de los Cebollitas, Daniel González, al 154655680.