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Es innegable el rotundo avance del Ejército sirio en la recuperación de los territorios ocupados por las fuerzas rebeldes que intentaron derrocar al presidente Bashar Al Assad.
Todo un pueblo, junto a su ejército y junto a su presidente, demostró al mundo su fortaleza y su templanza.
Las atroces imágenes de las crueldades realizadas por las fuerzas de Al Qaeda, Al Nusra (nutridas y apoyadas con efectivos y pertrechos de los países de la Alianza), en contra de la población civil, mujeres, niños, ancianos, en especial, contra los cristianos y sus templos, hoy ya son por todos conocidas, no obstante la complicidad canalla de la prensa occidental en intentar tapar tales crueldades, o imputarlas arteramente al primer mandatario.
Desde esta columna, permanentemente denunciamos la realidad de lo que ocurría en Siria, a despecho de comentarios insidiosos que intentaron desacreditarnos.
Peligro para Occidente
Ante el triunfo de Al Assad en Siria, Occidente comenzó a temblar.
Se concreta un extremo peligro creado por la misma “coalición de países de la libertad”. Esto es: la Alianza siente con gran preocupación la radicalización de la oposición siria y la posibilidad de que los extremistas que combaten en el país árabe se trasladen a Europa.
Fue el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quién lanzó gravemente la advertencia: “Los jóvenes que participan en acciones de guerra en el lado de la oposición siria pueden regresar a los países europeos”. “Algunos de ellos ya muestran opiniones extremistas, algo que no puede dejar de preocuparnos. Estamos muy pendientes de la situación”, señaló. “Es preciso lograr una solución política ya que no tiene una solución militar”, agregó.
En España se atiza la hoguera
Recientemente, en España se asiste a un peligroso retroceso del estado de derecho ante los terroristas. El Tribunal de Estrasburgo (Tribunal Europeo de Derechos Humanos), al que España se comprometió acatar, falló en contra de la “doctrina Parot” con lo que se posibilita que los terroristas españoles de la ETA, los Grapo, los GAL, asesinos en serie, narcos, violadores seriales, con condenas de hasta mil años de prisión, en total unos 120 peligrosos criminales puedan ser dejados en libertad.
ETA llama a los terroristas “soldados”, sosteniendo que para una organización armada, mientras tenga sus “soldados” en la cárcel, disolverse es un contrasentido, metamorfoseando el concepto que “poner bombas” es una protesta social y no se incurre en un ilícito penal.
Como observamos, la constante se repite, las “víctimas serán nuevamente traicionadas por la Justicia”.
Lo expuesto sumado al reagrupamiento y reubicación de los terroristas combatientes que empiezan a emigrar de Siria, indudablemente aseguran un cóctel explosivo que Europa a corto plazo deberá enfrentar.
Es de esperar que la “vocación inclusiva” de nuestra Presidenta no intente ofrecer nuestro país como un futuro hogar para los delincuentes españoles, o para los que ahora abandonan Siria. Tal como el proyecto de ley de una diputada de acoger a las “minorías” que decidan emigrar de Rusia.