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Con una ingeniosa promoción publicitaria que dio vuelta al mundo por la televisión, los productores de “Carrie” lanzaron el filme que abrió la expectativa especialmente entre los fanáticos del cine de terror y suspenso. Y también en quienes, hace 37 años, vieron la primera Carrie, aquella que protagonizó la pelirroja Sissy Spacek bajo la genial dirección de Brian De Palma.
Ahora se presenta la tercera adaptación del libro de Stephen King, en una remake dirigida por Kimberly Peirce.
La historia, en la mirada actual, está directamente ligada al bullying, el hostigamiento que sufren muchos estudiantes de sus propios pares y que, en el peor de los casos, deriva en las más terribles consecuencias.
Protagonizada por Chloe Grace Moretz en el papel de la adolescente Carrie White, y Julianne Moore como su madre, Margaret White, el argumento no varió pero sí adaptó la tecnología actual para mostrar el acoso.
Es así que Carrie, mientras se baña en la escuela tras la clase de gimnasia, tiene su primer periodo. Totalmente ignorante sobre lo que le ocurre, sufre la burla y humillación de sus compañeras y una de ellas graba el suceso y lo publica en YouTube. Su madre, profundamente religiosa, considera que es un pecado y la encierra en un armario para que rece y pida perdón a Dios. Carrie grita desesperadamente para salir, y repentinamente se hace una gran grieta en la puerta. Frente a la sorpresa, la niña se da cuenta de que tiene poderes telequinéticos que usará posteriormente para defenderse de las agresiones. Lo que viene después hará que te agarres fuerte de la butaca, especialmente para los que no conocen el final.
Escape imposible
En los últimos tiempos, el cine estadounidense se retroalimenta de superhéroes y de sus propios íconos. Tanto que pone en la pantalla, por primera vez, a dos megaestrellas de acción: Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger.
En Escape imposible, la dupla tiene a la cárcel como escenario. Stallone, experto en seguridad estructural de las máximas cárceles, orquesta arriesgadas fugas. Así acepta el próximo trabajo: escapar de una prisión ultrasecreta en la que se encuentran los tipos más peligrosos del planeta. Pero todo se complica cuando la corrupción interna de la cárcel y la indiferencia de las autoridades frente a lo que ocurre adentro lo ponen en una situación muy peligrosa. Allí aparece Arnold, un preso al que le pedirá ayuda para escapar.
Rush, pasión y gloria
Dirigida por Ron Howard y protagonizada por los actores Chris Hemsworth y Daniel Brhl, interpretan a los pilotos de Fórmula 1 James Hunt y Niki Lauda, respectivamente, que desarrollaron una feroz rivalidad en los "70. Ideal para los “fierreros”, este filme recorre la trayectoria de estos dos grandes del automovilismo mundial, sus vidas, los pasos por las escuderías y los detalles más internos de los grandes premios en los que se enfrentaron por la copa. Una película con el sonido de las pistas y la acción a pleno.
20.000 besos
Esta película argentina que dirigió Sebastián De Caro, habla de la nostalgia, las inseguridades afectivas, una adolescencia que se niega a ser abandonada y las lealtades entre amigos.
El actor Walter Cornás encarna a Juan un antihéroe perfecto. El joven terminó una relación de tres años con su novia, para alegría de sus cuatro amigos (Gastón Pauls, Clemente Cancela, Alan Sabbagh y Alberto Rojas Apel) que de alguna manera sienten que lo recuperan. Pero él, deprimido, agobiado, viviendo de prestado en el sofá de uno de sus amigos, se topa con un encargo de su delirante jefe que lo obliga a trabajar con Luciana (Carla Quevedo), una chica de espíritu y gustos opuestos. En esta nueva etapa de su vida se amplifican las dudas, las angustias y las contradicciones, que aparecen en una mezcla de humor negro y varias canciones pop de fondo. Es una comedia casi machista, donde la mujer es omnipresente en los pensamientos varoniles, pero tiene un papel secundario. Y los chicos, aunque son unos perdedores, por la misma razón resultan muy queribles.