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Valeria, desesperada, pide por sus hijos

Jueves, 31 de octubre de 2013 01:06
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Valeria Verón y sus hijos siguen sin una solución a su problema. Esta familia vive en villa Cerámica. Allí Valeria cría a sus hijos que sufrieron graves quemaduras el año pasado y estuvieron hospitalizados en el Garrahan. De allí salieron con el expreso pedido de que no podían estar expuestos al polvo. Desde entonces Valeria Verón ruega por una vivienda social apta para sus hijos.

Sus posibilidades económicas son pocas. Ella no tiene, ni puede gastar, los 50 pesos que le cobra una mujer para cuidar a sus hijos e ir a las oficinas del Instituto Provincial de Vivienda a realizar los trámites de apertura de carpeta de solicitud.

El viernes último, El Tribuno publicó la historia de Valeria. Esperanzada, esta mujer esperó que la ayuda le llegue. Nada pasó.

La tragedia

La nena mayor de Valeria tiene 5 años, le sigue un varón de 2 y un bebé de 9 meses. Ellos padecen las cicatrices por las quemaduras de un incendio en julio de 2012.

La mayor tiene el 25 por ciento de su cuerpo afectado y el nene de 2 años es el que más sufre con un 55 % quemado.

Valeria es una mamá joven, de 22 años, que luchó durante meses para que sus niños salgan del Garrahan recién en setiembre del año pasado.

Si bien les dieron el alta, ellos siguen con un tratamiento intensivo por las graves consecuencias de sus quemaduras.

Los médicos le ordenaron que los chicos no pueden estar expuestos al polvo. Pero la villa en la vive está detrás de la cerámica y esa recomendación es imposible de cumplir.

Otra de las indicaciones -que no puede cumplir Valeria- es que la piel se los pequeños este siempre hidratada ya sea a través de baños o duchas. Sucede que donde vive no hay agua corriente por lo que tiene que acarrear el líquido en baldes constantemente.

“Estoy desesperada porque no sé qué hacer con la picazón que sufren mis hijos. Cuando los días están nubaldos los malestares que sienten son más leves pero cuando sube la temperatura el calor los enloquece”, dijo Valeria. Estos días de alta temperatura, los pequeños de Valeria pasan sus días encerrados en la casilla de madera en la que viven. A todo lo que sufren sus hijos se debe sumar que la zona en la viven no tiene cloacas y cuentan solo con pozo ciego.

Las condiciones de vida de Valeria Verón son difíciles. Es una mamá sola -que no cuenta con el apoyo del papá de los pequeños- y espera una mano.

 

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