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Los primeros diez meses de 2013 han sido nefastos para el otrora hombre fuerte de Italia, el expremier Silvio Berlusconi. Una comisión de senadores recomendó ayer expulsarlo del Senado italiano por su condena a prisión por fraude fiscal, lo que abre las puertas a una resolución definitiva que puede sellar el futuro político del ahora debilitado dirigente.
La decisión constituye el segundo revés en tan sólo una semana para el expremier, de 77 años, quien el martes pasado recibió un humillante golpe a su autoridad cuando varios legisladores de su partido, Pueblo de la Libertad (PDL), le dieron la espalda a su intento de hacer caer a la coalición de gobierno de Enrico Letta.
El titular de la Junta de Elecciones e Inmunidad Dario Stefano, dijo que el cuerpo ahora redactará la justificación de la decisión, que será presentada al Senado, para que se fije la fecha del voto en el pleno.
Si bien Berlusconi podía acudir a defenderse, no lo hizo por considerar que la sentencia del caso Mediaset -por el que se le condenó en agosto-, es “injusta” ya que “no existen pruebas” de la comisión de ningún delito. La última palabra queda ahora en manos del pleno del Senado, que debe decidir si aplica a Berlusconi la “Ley Severino”, que establece la imposibilidad de concurrir a elecciones o la expulsión del Parlamento de personas condenadas en firme a penas superiores a dos años de cárcel.