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El calor sofocante siempre aumenta nuestra necesidad de tomar líquidos para refrescarnos, pero para evitar el aumento de peso, debemos elegir aquellas bebidas frías bajas en calorías.
Se debe tener un equilibrio exacto entre los ingredientes para que no queden ni muy cargados de sabor y cero dulces, por lo que se recomienda utilizar los ingredientes de temporada.
Un ejemplo refrescantes y bajos en calorías, puede ser el té helado. En una licuadora ponemos jugo de dos limones, una cucharadita de azúcar, una taza de té helado y cinco cubos de hielo. A eso mezclamos hasta que quede suave. Luego se sirve. Para un “frappuccino” de vainilla debemos mezclar en la licuadora media taza de café espresso frío, media taza de crema de vainilla, tres cuartos de taza de hielo, azúcar y un cuarto de extracto de vainilla. Lo dejamos enfriar y lo servimos en un vaso alto. Estos son tragos “livianos”, sin el peso de otras bebidas con más alcohol. Y se dejan variar sus composiciones.