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Fiebre por el consumo y precios por el suelo, esos son los ingredientes del Black Friday (viernes negro) que es el día que inaugura la temporada de compras navideñas en Estados Unidos y que se desarrolló ayer. El esperado evento comercial es sinónimo de consumismo en toda su expresión. Se celebra el cuarto viernes de noviembre y tiene la particularidad de que las grandes tiendas realizan ofertas “de locos”, ya que muchísimos productos de última generación pueden encontrarse a precios irrisorios.
Claro que acceder a los mismos tiene sus “sacrificios”: muchísimas personas durmieron desde el jueves en las afueras de shoppings y comercios a la espera de que abran sus puertas, soportando el intenso frío de la época. A esto deben sumarse las largas colas para llegar al preciado “botín” y luego para pagarlo.
El Black Friday se realiza el día siguiente del feriado de acción de gracias y es una de las jornadas más activas del año para el sector de ventas minoristas en EEUU.
Las “vedettes” del tradicional evento que lleva a miles de personas a participar en esta maratón desenfrenada de compras, son los televisores. El sitio BestBuy, uno de los referentes del comercio electrónico norteamericano, ofrecía un televisor LED de 32' a 150 dólares y una megapantalla LED de 65' a US$ 999. También un celular Samsung S 4, con tecnología 4 G y 16 GB de memoria, en forma gratuita. Sólo hay que suscribirse a un plan mensual de al menos 2 años.
Además hay cámaras de fotos a US$ 229 y computadoras a 250.
Las ventas fueron un éxito. Prueba de ello es que Wal-Mart realizó 10 millones de transacciones en 4 horas.