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Kiev se sumió en el caos y la crisis política es cada vez más grave.
El primer ministro de Ucrania, Nikolai Azarov, dijo ayer que la situación con las protestas de los opositores en Kiev está “descontrolada” y acusó a los políticos opositores de intentar dar un golpe de Estado al arengar a las multitudes para que tomen las oficinas de gobierno.
Y aseguró que “el Gobierno tiene información de que se está preparando el asalto al edificio del Parlamento”, en una reunión que mantuvo en Kiev con los embajadores de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá en Ucrania.
“La situación ha cambiado. No les quitamos responsabilidad a las fuerzas de seguridad por la represión de la semana pasada, pero, por otro lado, los políticos que se han sumado a estas acciones han radicalizado la situación”, aseguró Azarov.
El gobierno de Ucrania emitió un decreto la semana pasada por el que desistió de sumarse a la Comunidad Económica Europea, lo que desató las protestas de miles de personas, ya que se calcula que la mitad del país está a favor de integrarse a la UE.
Pero hay claramente otra mitad, todavía nostalgiosa de la URSS, que no está de acuerdo y prefiere seguir bajo la órbita de Moscú.
Azarov dijo, asimismo, que las acciones de protesta son dirigidas por determinadas fuerzas políticas. Y añadió que “esas fuerzas tienen la ilusión de que se puede revertir el orden establecido. Esto tiene todos los signos de un golpe de Estado. Esto es muy grave”, añadió. El primer ministro no dudó en decir a los embajadores que “para lograr su propósito instan a la gente a asaltar los edificios oficiales y a bloquear las instituciones”. Se refirió así a los incidentes ocurridos el domingo, cuando grupos de descontrolados trataron de asaltar el complejo presidencial, mientras otros ocupaban el Ayuntamiento, en medio de la mayor manifestación de los últimos días.
Azarov anunció que el jefe de la policía de Kiev, Valeri Koriak, fue despedido por el violento desalojo de los manifestantes acampados en la plaza de la Independencia en la madrugada del sábado pasado.
Putin: un progrom
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que las multitudinarias manifestaciones de la oposición ucraniana para exigir la dimisión de su presidente “no son una revolución, sino un progrom”. El término, el ataque de una multitud a gente indefensa, remite al linchamiento de un grupo particular, pero sobre todo a los actos de violencia contra minorías étnicas como fueron los registrados contra los judíos hace siglos en Ucrania.