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El juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt cumplió ayer 95 años, retomó sus actividades tras la feria judicial de enero y aseguró que no tiene pensado renunciar a pesar de su edad.
El integrante del máximo tribunal argentino se mostró agradecido por haber llegado a los 95 años “con ganas trabajar y de honrar al país”, por lo que seguirá en el cargo pese a que ya superó los 75 años previstos para la jubilación de los magistrados.
“No pienso irme todavía, pienso seguir dedicando mi vida a mi tarea”, sostuvo el juez del máximo tribunal, oriundo de Salta. En declaraciones a varios medios porteños, el letrado salteño y ministro de la Corte destacó que desde que asumió su cargo en diciembre de 1983 debió soportar “todas las tempestades habidas y por haber”. A pesar de haber cumplido la edad legal máxima permitida por la Constitución, el magistrado permanece en el cargo porque su ingreso al tribunal fue anterior a la reforma de la Carta Magna, en 1994.