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Aunque el susto mayor ya pasó, los padres de Javiera siguen preocupados por el estado de salud de su hija mayor. Ella estuvo internada más de quince días por una infección en su oreja luego de realizarse una perforación para colocarse un accesorio metálico.
Rubén Alvarez, padre de la joven, denunció el hecho a la policía porque a la menor no le pidieron autorización de sus padres para la práctica.
El 22 de enero por la tarde, Javiera pidió permiso a su madre para ir a tomar un helado junto a su hermano menor. Luego de eso, sin avisarle a los padres, la joven fue a un local céntrico y se realizó la perforación en el extremo superior de la oreja, para colocarse un piercing.
“Nosotros no sabíamos nada. Ella, mucho antes, me decía que le diera permiso para hacerse un piercing en el ombligo. Yo nunca la dejé, ni para eso ni para tatuajes”, contó el padre.
El dolor en la oreja de la jovencita empezó a los cuatros días de la perforación. “Ella tenía la oreja súper inflamada y no quería decir qué le había pasado; hasta que le contó a su mamá. Fuimos al médico y cuando la vio, le apretó la oreja y supuraba”, dijo Rubén.
La adolescente estuvo casi diez días con curaciones, pero el último día la enfermera no la quiso curar porque tenía muy débil el cartílago.
“Fuimos a consultar a otro médico, un cirujano, y fue quien la operó. Le cortó 2,5 centímetros de la oreja y le colocó un aparato para que drene”, explicó el padre de la menor, quien destacó que el médico indicó unos días más para control, por lo que la niña permaneció internada hasta el viernes pasado.
Alvarez dijo que si bien su hija mejoró, los médicos no dan con el tipo de bacteria o virus que se contagió y por eso es que le practicaron análisis más específicos para ajustar la medicación.
</SUBTITULO>Control ausente
A pesar de que no hay una ley provincial que controle esta actividad, sí existe una ordenanza: la 12143 y su modificatoria 14045 que incluye cambios en varios artículos; entre ellos el 6º, por el que se establece que “se exigirá la presencia del padre o tutor del menor, quien deberá encontrarse en todo momento durante la realización del tatuaje o body piercing (perforación del cuerpo) a su hijo/a o la autorización de los padres o tutores ente Escribano Público o ante la Policía; deberá ser asentada fidedignamente tal situación en el registro que deberá llevar el tatuador a tal efecto”.
El preocupado padre criticó el proceder del dueño del local céntrico, ubicado en avenida San Martín al 200, “porque nunca le pidió a mi hija una autorización de nosotros; ella es menor y tiene que conocer la legislación como comerciante en este rubro”, sostuvo.
Radicó la denuncia policial en la Comisaría Segunda con fecha 4 de febrero, día en la que operaron a su hija.
El médico legal ya visitó a la menor el martes pasado en la clínica para conocer lo que había pasado. Por ahora, la familia está a la espera que le notifiquen la carátula que el fiscal pondrá a la denuncia.
Alvarez dice que su hija contó que se presentó en el local y que el muchacho a cargo sólo rompió una bolsa, pero “no le colocó anestesia ni la esterilizó. Le cobraron $34 y le dijo que se cure la herida con agua oxigenada o con jabón blanco”, relató el papá.
Proyecto legislativo
El Proyecto de ley, expediente 90-20490/12 “Regular la práctica de tatuajes y perforaciones corporales, y cualquier otro procedimiento invasivo no médico sobre la piel humana con fines estéticos, que se efectúan en el ámbito de la Provincia de Salta”, proveniente del Senado Provincial, ingresó a la Cámara el 5 de diciembre de 2012. Está para análisis en las Comisiones de Derechos Humanos, de Salud, de Hacienda y Presupuesto, y de Legislación.