inicia sesión o regístrate.
A fines de enero el viceministro de Economía, Axel Kicillof, pidió “encarecidamente” a los bancos privados que “aporten algo” para fortalecer el mercado de créditos hipotecarios.
Según una nota publicada en el sitio iProfesional.com, el funcionario solicitó: “Hago un llamado encarecido a las entidades para que faciliten ese tipo de préstamos. Los privados deben entender que es un muy buen negocio”.
Su pedido llegó en momentos en que, como consecuencia del cepo cambiario, el mercado inmobiliario se halla en su nivel más deprimido desde la crisis del 2001-2002.
Las razones
Las causas de este “frenazo” son múltiples, y se pueden atribuir tanto a las características específicas de la actividad, en la que históricamente el dólar ha sido el “lubricante”, como también a las estrategias que asumieron los distintos bancos.
En cuanto a los aspectos propios del sector, en el último tiempo los propietarios insisten en cotizar sus viviendas en billetes verdes o al valor equivalente en pesos en base al precio del paralelo, mientras que los potenciales compradores intentan pagar en moneda nacional y a un tipo de cambio inferior.
Según los distintos analistas consultados por iProfesional.com, hoy por hoy, el principal obstáculo que impide la concreción de un buen número de operaciones pasa por la resistencia de los dueños a quedar pesificados.
Otro dato interesante que aporta la nota es que el nivel de transacciones en 2012 tuvo la caída más profunda en más de una década.
En lo que respecta al total de carpetas de créditos aprobados, se registró un retroceso a niveles aún inferiores a los de 2002 y 2003, cuando el mercado también estaba prácticamente paralizado.
Cabe recordar que quien obtiene un préstamo bancario recibe exclusivamente pesos ya que, desde octubre del año pasado, el Banco Central clausuró totalmente el acceso al mercado cambiario para operaciones inmobiliarias.
Entonces, una vez que el comprador se hace de moneda local debe enfrentar la “madre de todas las batallas”: convencer al vendedor para que éste reciba pesos o, en su defecto, recalcular el tipo de cambio a la cotización del llamado “dólar celeste”, es decir, entre el blue y el oficial.
Esta es una variante que en algún momento promovieron las inmobiliarias con la intención de acercar ambos precios, aunque su aplicación se ha ido diluyendo en el tiempo.
En este contexto, los créditos hipotecarios han venido sufriendo los embates de la crisis que aqueja al sector del ladrillo desde que se instaurara el cepo.