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Un verdulero que se desplazaba en una camioneta cargada con mercancías fue atacado sobre ruta provincial 21 por dos jóvenes, quienes le asestaron al menos seis puñaladas en el tórax, para segundos después despojarlo de todo el efectivo que llevaba encima, además de la documentación del vehículo.
Una niña de 14 años, que se hallaba en la caja con cúpula del vendedor ambulante, y que realizaba el pesaje de las distintas frutas y hortalizas que comercializaba la víctima, salvó milagrosamente su vida al no ser advertida por el dúo de asesinos. La niña se ocultó entre las bolsas de papa, cebolla y los cajones de fruta.
Una vez que los delincuentes emprendieron la fuga, la pequeña descendió del vehículo y halló a Pedro Armata (74), su patrón, casi sin vida, a metros del vehículo sobre un yuyal de la banquina.
La pequeña hizo detener un automóvil y su conductor dio aviso a la policía.
Pedro Armata se domiciliaba en La Merced y se desplazaba a bordo de una camioneta Ford color rojo, junto a una menor de edad por la Ruta Provincial 21 a la altura de finca San Martín cuando dos jóvenes, vistiendo bermudas y camiseta de un conocido club local, lo hicieron detener con fines de ilícito, acuchillándolo apenas el verdulero descendió para mostrar su mercancía.
Una ambulancia trasladó de urgencia al herido hacia el hospital San Bernardo, pero éste llegó sin vida.
Efectivos del Departamento Investigaciones, Patrullas de Caballería y de Canes con ejemplares rastreadores y de la Policía Rural, rastrillaron el lugar en procura de localizar a los causantes.
Profesionales del Cuerpo de Investigadores Fiscales levantaron supuestas pruebas.
En tanto se conoció que por el momento las sospechas se ciernen a grupos violentos de barrios periféricos de esta capital.
Era un hombre indefenso
“No entiendo por qué lo mataron, si por su edad era imposible que se defienda” , dijo Nazaria Armata, hermana de la víctima.
La mujer relató anoche a El Tribuno que no entiende el ensañamiento de los delincuentes para con su hermano.
“El era ya un hombre mayor, estaba lento. No podía pelear ni defenderse, por eso llevaba a la chiquita para que le ayudase en el pesaje y la venta.
No entiendo porqué lo cosieron a puñaladas, estarían drogados, borrachos, no sé.
Luego dijo que gracias a Dios no vieron a la niña que estaba bajo el toldo de la caja, porque la desgracia ya no iba a tener nombre.
Nazaria, perteneciente a una familia de verduleros de vieja data en el Valle de Lerma aseguró que “si querían dinero ya lo tenían, la muerte es inexplicable”. Luego agregó, que la situación de inseguridad se trasladó a estas desoladas rutas, “muy concurridas de muchachos que vienen desde la ciudad”, dijo. “Antes podías salir a vender desde las seis de la mañana, ahora el peligro acecha en la misma ruta, ni hablar de los caminos vecinales”, se quejó.
La mujer aclaró que su hermano llevaba unos 2.500 pesos y que los delincuentes se llevaron el dinero y la documentación del vehículo.
Alerta en el Valle de Lerma
Todos los medios del Valle de Lerma se dieron cita ayer en la localidad de San Agustín.
El motivo es que hace décadas que no se produce un asalto homicida en plena ruta, con todas las luces del día y con una violencia inusual.
“Hoy vimos el desplazamiento de la Brigada de Investigaciones, la División Canes, Caballería y los civiles del Valle de Lerma. Estamos tranquilos a medias, porque no es posible que un crimen de esta naturaleza enlute nuestro pueblo.
Tenemos que saber qué pasó de veras, no queremos falsos detenidos para cerrar el caso y que nos olvidemos de los asesinos del verdulero”.
Por otra parte familiares de la víctima aseguraron que gran parte de la familia de Armata se encuentra en Buenos Aires, en Tucumán y en otras provincias y que apenas se conoció la noticias muchos colegas del verdulero se dieron cita en San Agustín.
“La comunidad está dolida y desea justicia”, dijo Nazaria Armata.
Por otro lado a última hora de ayer El Tribuno pudo obtener en exclusiva, al parecer, la detención de un sospechoso.
El mismo fue detenido en los montes que bordean la ruta 21. El joven presentaba el aspecto de haber estado oculto entre la maleza y fue conducido por la banquina hasta un móvil de la Brigada, para ser trasladado hacia la Alcaidía local.
La niña de 14 años es la testigo clave del brutal episodio, y tras las precisiones de su relato están las fuerzas policiales de la provincia que anclaron la investigación en su testimonio.