Una mañana con fumata negra dio comienzo a la segunda jornada del cónclave que busca elegir al sucesor de Benedicto XVI para anunciar, al igual que el martes, que todavía no se logró reunir a una mayoría. Por la tarde, los 115 cardenales se reunirán nuevamente para votar.
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Una mañana con fumata negra dio comienzo a la segunda jornada del cónclave que busca elegir al sucesor de Benedicto XVI para anunciar, al igual que el martes, que todavía no se logró reunir a una mayoría. Por la tarde, los 115 cardenales se reunirán nuevamente para votar.
Tras la fumata negra del martes anunció al mundo que ningún cardenal había logrado los votos necesarios en el primer sufragio, los purpurados pasaron su primera noche en la Casa Santa Marta, la cómoda pero sobria residencia del Vaticano donde se alojarán durante todo el cónclave, cuya duración es incierta.
Desde esta mañana, y pese al mal clima, cientos de fieles volvieron a reunirse en la Plaza San Pedro son sus ojos reposando sobre la pequeña chimenea de la Capilla Sixtina, a la espera de que salga humo blanco para anunciar la elección de un nuevo papa.
Muchos de ellos se reparan bajo las columnatas, y otros con paraguas se agrupan cerca de los fotógrafos. Durante la espera, miran las dos pantallas gigantes ponen el primer plano la imagen de la chimenea.
Dos votaciones se llevaron a cabo esta mañana, tras las cuales salió otra vez una fumata negra. A la tarde, habrá dos más, que terminarían alrededor de las 17 (13 de la Argentina). Así continuará, con cuatro por día, hasta el viernes. Si ese día tampoco se logra que un cardenal reúna 77 votos (dos tercios del total de electores), habrá un día de descanso.