Uno de los problemas más comunes hoy en día es quedarse sin señal en el teléfono celular. Eso parece haberle pasado a Boca en sus últimas presentaciones, hasta que recuperó esa señal gracias a Juan Román Riquelme. El ídolo boquense apareció anoche para poner el 1 a 0 con el que Boca le ganó a Nacional de Uruguay, triunfo que significó un gran paso del equipo xeneize para la clasificación a la siguiente etapa de la Copa Libertadores, cuando la misma parecía peligrar.
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Uno de los problemas más comunes hoy en día es quedarse sin señal en el teléfono celular. Eso parece haberle pasado a Boca en sus últimas presentaciones, hasta que recuperó esa señal gracias a Juan Román Riquelme. El ídolo boquense apareció anoche para poner el 1 a 0 con el que Boca le ganó a Nacional de Uruguay, triunfo que significó un gran paso del equipo xeneize para la clasificación a la siguiente etapa de la Copa Libertadores, cuando la misma parecía peligrar.
El equipo de Bianchi sacó a relucir su mística copera: jugó con diez hombres desde los veinte minutos; su rival marró un penal y el partido terminó siendo para Boca. Con el triunfo, el segundo de visitante, Boca trepó al segundo puesto con 6 puntos, uno menos que el líder, Nacional (7), uno más que Toluca, de México (5), y tres por encima de Barcelona, de Ecuador (3). La victoria, además, fue un desahogo no solo para el plantel, sino también para los 3.500 hinchas que vistieron de azul y amarillo el Centenario de Montevideo.
El inicio de la primera etapa mostró a un Boca protagonista y con una sana vocación ofensiva, a partir de la necesidad de ganar para acrecentar sus posibilidades de avanzar a los octavos de final. De hecho, el equipo de Carlos Bianchi, que tuvo a Riquelme como el gran creativo, dispuso de situaciones claras de gol a través de Erviti y del mismo Román.
Nacional, a todo esto, mostró un juego conservador, cedió campo y pelota, y no inquietó a Agustín Orión, hasta los 20 minutos, momento en el que Pérez le cometió un innecesario penal a Juan Albín, que Iván Alonso tiró por arriba del travesaño.
Ante esto, Bianchi dispuso cambios en el esquema (Ribair Rodríguez de volante a zaguero y el Burrito Martínez pasó de delantero a volante por izquierda) y el equipo lució firme y equilibrado. Y a los 43 minutos, Andrés Scotti le cometió un claro e infantil penal a Guillermo Burdisso, que Riquelme cambió por gol con un disparo fuerte y preciso al palo derecho.
Boca, en el segundo tiempo, mantuvo la calma, lo que le dio solidez en todas las líneas y conservó la ventaja con el oficio de un equipo copero. El equipo de Bianchi sigue vivo y se quedó con un triunfo clave en su afán de avanzar a los octavos de final.
“Se ganó como quiere el DT”
Juan Román Riquelme, capitán y autor del gol del triunfo que significó el desahogo para Boca, se alegró por el resultado y por el rendimiento del equipo que, “de a poco va apareciendo. Se ganó como quiere el entrenador -Carlos Bianchi-”. Román festejó anoche dos récords: el suyo y el de su compañero y amigo Clemente Rodríguez, que con 77 partidos se convirtió en el argentino de mayor presencia en la Copa Libertadores.
“Estoy contento por él, logró algo que difícilmente lo puedan alcanzar otros. Es un jugador al que a veces no se lo tiene mucho en cuenta”, elogió Riquelme al legendario lateral.
Por su parte, Bianchi rescató que Boca pudo ganar “los dos partidos, el once contra once y el otro -que padeció tras la expulsión de Pérez-”.
Cayó otro pesado de la barra
Maximiliano Levy, un integrante de la barra brava de Boca que fue detenido a principios de mes cuando regresaba de Ecuador tras presenciar un partido por Copa Libertadores, fue procesado por “encubrimiento de homicidio” en la causa en la que está detenido el líder de la hinchada, Mauro Martín. Levy está acusado de haber encubierto el asesinato de Ernesto Cirini, por el que fueron procesados Martín y su cuñado, Gustavo Petrinelli. A su vez, siete hinchas de Boca fueron demorados ayer y otros 80 fueron privados de ingresar al Centenario de Montevideo.