¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

El primer beatificado por Francisco será un sacerdote desaparecido en la dictadura

Martes, 19 de marzo de 2013 10:01
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La primer beatificación del papa Francisco sería la de un mártir de la dictadura militar, si se cumple el deseo que el propio Jorge Bergoglio había expresado incluso antes de ser elegido.
Se trata de Carlos de Dios Murias, un joven fraile franciscano torturado y asesinado brutalmente por las Fuerzas Armadas en la provincia de La Rioja, en 1976.

“La causa para la canonización, la comenzó Bergoglio en mayo de 2011, cuando firmó los papeles correspondientes. Y lo hizo con discreción para evitar ser bloqueado por otros obispos argentinos, que aún se oponen a iniciativas similares basadas en el compromiso social de los sacerdotes”, afirmó al diario La Stampa el padre Carlos Trovarelli, Ministro Provincial de los Frailes Menores Conventuales en Argentina y Uruguay.

Carlos Murias nació en 1945 en Córdoba. Luego de una carrera militar, ingresó al seminario y posteriormente fue ordenado sacerdote por Enrique Angelelli, el obispo militante de La Rioja, famoso por su cuidado pastoral de campesinos.

Murias fue enviado para ayudar a los agricultores en un pequeño pueblo llamado El Chamical, junto con el francés sacerdote Gabriel Longueville. Pero ya con los militares en el poder, comenzó a recibir avisos, citaciones en los cuarteles donde los soldados le advertían: “No es la iglesia en la que creemos”.

El 18 de julio de 1976, fueron alevosamente asesinados, luego de ser secuestrados por quienes se identificaron como miembros de la Policía Federal.
Tan pronto como la diócesis de La Rioja comenzó los trámites para practicar la canonización, el Cardenal Bergoglio firmó inmediatamente la documentación. Era mayo 2011, cuando nadie sospechaba que dos años después sería Papa.
“Se le aconsejó ser discreto: muchos obispos argentinos, especialmente los más viejos, se oponen a juicios basados en el compromiso social. Gracias a su cautela, el proceso siguió adelante”, explicó Trovarelli.
 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD