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El Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) recibió, durante el año pasado, a 108.703 visitantes, con un promedio de 360 personas por día. De ese total, llama la atención que el 22% fueron extranjeros, el 58% argentinos de otras provincias y el 20% salteños.
El MAAM es conocido en todo el mundo por los Niños del Llullaillaco, los que despertaron la curiosidad de científicos, periodistas y turistas. En sus instalaciones el museo está preparado para recibir visitantes de todo el mundo ya que cuenta con audioguías en 6 idiomas: portugués, inglés, francés, alemán, italiano y chino. También están las visitas autoguiadas que son libretas de guía traducidas al francés, inglés y español.
La publicidad
La directora del MAAM, Gabriela Recagno, en una charla con El Tribuno, explicó que “este posicionamiento a nivel mundial es consecuencia de un gran trabajo de marketing realizado desde la creación del museo: posicionando la web, teniendo presencia en medios internacionales con documentales hechos de la National Geographic y la BBC de Londres. Hemos recibido periodistas de todos lados. Esto genera que el turismo internacional se haya incrementado, pero si recibimos gente de otros países, tenemos que ofrecer el servicio en varios idiomas”, señaló Recagno.
Por otro lado, la directora del MAAM contó que apuntan a un servicio de excelencia y “desde noviembre estamos tramitando las normas ISO 9001. Este sería el primer museo de toda la provincia con estas normas”.
Las actividades
Según Recagno, el Museo de Arqueología de Alta Montaña trabaja desde la concepción de museo moderno con las puertas abiertas a la sociedad y de modo más inclusivo. En su objetivo de llegar a todos, se acaba de lanzar un programa especial de visitas para no videntes, que consiste en la réplica exacta de las piezas más importantes de la colección para que estas personas puedan apreciar esta cultura milenaria a través del tacto, además de la traducción al sistema braille de la visita.
Hay otras actividades que acercan el museo a los salteños, como “El MAAM va a la escuela”, en el que el museo acude con material didáctico a escuelas de distintos barrios y del interior de la provincia, permitiendo que el año pasado casi 12 mil chicos pudieran acceder a esta colección. Otra actividad que se realizó fue el programa “Pequeños arqueólogos en la plaza”, donde muchos chicos fueron arqueólogos por un día. Aprendieron a realizar excavaciones sistemáticas, registrar el material extraído y a cuidar el patrimonio arqueológico, dijo Recagno.
También se llevaron a cabo actividades que permiten a la comunidad conocer más sobre esta colección. En diciembre el museo presentó un libro de fotografías de Lisandro Maggipinto, en el cual se pueden ver imágenes de los Niños del Llullaillaco y de la colección completa.
El descubrimiento de las
momias y la polémica
El museo se inauguró en noviembre de 2004 y se pensó en una sala moderna, de última generación, que resguardara el gran hallazgo de las momias.
Pero sacar a los niños del volcán que los había custodiado durante 5 siglos generó polémica, aunque para Recagno este descubrimiento sirvió para entablar fuertes lazos con los pueblos originarios, permitiéndoles poder resignificar su cultura.
También cambió la manera de proceder de muchos museos del mundo: “La ética de la arqueología indica que se trabaje junto con las comunidades originarias, cuando se quiera acceder a algún sitio arqueológico. Este museo dio el primer paso en esa dirección”, aseguró Recagno.
Las momias fueron descubiertas hace 13 años, en la cima del volcán Llullaillaco, por un equipo de investigadores dirigido por Johan Reinhard y Constanza Ceruti. Formaban parte de un ritual inca, que consistía en enterrarlos en lo alto de las montaña y se momificaban por congelamiento.
Importancia del área
de investigación
Este año el MAAM incorporó un área de investigación; “si bien siempre se realizó esta tarea, el área permitió formalizar la actividad y crear un protocolo de trabajo tanto para los científicos internos como externos”, dijo la directora Gabriela Recagno.
La colección del MAAM, según su directora, fue investigada solo en un 10% y falta analizar mucho más: “En textiles, cerámica, en el contenido de las chufas y criopreservación”, señaló Recagno.
El último sirve para mantener a las momias en las mismas condiciones en las que fueron encontradas.
“Este sistema se creó y se monitorea en Salta. No había antecedentes científicos. Todo el mundo solicita asesoramiento a este museo” resaltó Gabriela Recagno.