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Los kelpers van a las urnas pese al rechazo al referéndum

Sabado, 09 de marzo de 2013 23:20
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Un referéndum con fuertes interrogantes en su validez y que despierta poco interés en el Reino Unido. Hoy y mañana se espera que un poco más de 1.600 kelpers definan su estatus político. La movilización y la estruendosa puesta en escena anticipa el previsible resultado que tendrá la consulta popular: la confirmación por parte de los isleños de que desean continuar como territorio británico de ultramar.

En este marco es que, según la embajadora Alicia Castro, quien diálogo en exclusiva el viernes con El Tribuno, afirmó que la consulta popular carece de validez y su resultado será ignorado por la ONU en relación con la disputa por la soberanía del archipiélago entre Argentina y el Reino Unido.

Cabe destacar que el referéndum se produce en momentos en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner lleva adelante una vasta ofensiva internacional para que Londres acepte entablar negociaciones diplomáticas por la disputa de soberanía en Malvinas, escenario de una guerra de 74 días en 1982 que dejó 649 argentinos y 255 británicos muertos.

Por su parte, Londres considera que los malvinenses tienen que estar involucrados en un eventual diálogo, pero Buenos Aires rechaza esa postura y solo acepta que cualquier negociación sobre Malvinas sea a nivel bilateral.

Predomina el desinterés

Las consultoras Ibarómetro y YouGov realizaron una encuesta binacional sobre las opiniones que tienen en ambos países sobre el conflicto y el referéndum.

De acuerdo a los resultados del estudio, el tema despierta bastante interés en ambos países, pero más en Argentina, donde el 67% de la población lo considera “importante”, mientras que un 53% de los británicos opinan lo mismo.

El contraste más pronunciado que ilustra el informe de Ibarómetro y YouGov reside en que prácticamente ningún argentino cree que la soberanía debiera ser británica, y casi no hay ingleses que consideren que la soberanía deba pasar a manos argentinas.

Otro contraste importante ocurre a la hora de decidir sobre el futuro de las islas. El 74% de los británicos piensa que los kelpers deberían hacerlo y el 88% que deberían seguir adelante con el referéndum, mientras que en Argentina un 35% cree que tendría que hacerlo un organismo internacional y un 60% sostuvo que la consulta no es legítima. No obstante, otro 31% respondió que no sabe cómo se podría resolver la disputa, lo cual marca un nivel importante de desorientación.

Acercando posiciones

El oficialismo y la oposición acercaron posiciones en el Senado con el fin de impulsar una declaración de rechazo al referéndum para definir la continuidad o no de su pertenencia al Reino Unido. Con la firma del presidente del bloque oficialista, Miguel Angel Pichetto; su compañero de bloque Daniel Filmus; y los senadores Rubén Giustiniani y Jaime Linares, del Frente Amplio Progresista, y Ernesto Sanz, de la UCR, se presentó un pedido de sesión especial para aprobar la declaración.

Una votación con una
llamativa reglamentación

Sumado al amplio rechazo internacional que tiene el referéndum que se realizará hoy y mañana en el archipiélago, el proceso eleccionario está plagado de irregularidades y llamativas reglamentaciones que a unos pocos kilómetros sería consideradas irregularidades.

Lejos de que el voto sea considerado universal, secreto y obligatorio, los kelper están habilitados a elegir un votante suplente.

Tan solo basta con inscribirse en un padrón especial y justificar por qué no se podrá acudir a las urnas. Incluso ni siquiera es necesario que el reemplazante asista al cuarto oscuro, en el mismo registro puede solicitarse que el votante suplente sea habilitado para enviar la boleta por correo.

Otro elemento que llamó la atención en este proceso es que a tan solo horas del referéndum el gobierno británico de Malvinas debió mandar a rehacer todas las boletas que iban a utilizar para decidir si continúan como territorio de ultramar del Reino Unido.

La extraña decisión se tomó porque, según les señaló la misión de observadores que seguirá el referéndum, los antiguos modelos traían marcas que permitían rastrear a quien emitió el voto.

Las boletas de papel no tendrán ningún número de serie o inscripción que permita identificarlas. Solo tendrán el sello oficial. Todo muy extraño y a unos pocos kilómetros.

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