Dicen quienes navegan en las aguas tempestuosas de la interna de la UIA, que el día clave fue el 18 de marzo, en un lugar atípico: Roma, un escenario más cercano al recogimiento espiritual, teniendo en cuenta que se realizaba la ceremonia de asunción del papa Francisco. A partir de allí el nuevo aura que se instalaba en las relaciones parecía ser el de la tolerancia; aunque en el otro extremo del mundo, el “humo blanco” de los industriales, para elegir al nuevo presidente, se alejaba cada vez más. Mientras en el Vaticano, la ceremonia tenía ribetes emocionantes, Ignacio De Mendiguren, que acompañaba a la presidenta Cristina Fernández en Roma, recibía la noticia de la designación de José Urtubey, como candidato de la lista Celeste y Blanca, para ocupar la presidencia de la entidad fabril. A partir de allí los diálogos de esas horas fueron determinantes, porque los integrantes del grupo Industriales consideraron que el día elegido para la elección del candidato era inapropiado y por poco una provocación, ante la ausencia del actual presidente de la entidad (el mandato venció el 31 de marzo).
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Dicen quienes navegan en las aguas tempestuosas de la interna de la UIA, que el día clave fue el 18 de marzo, en un lugar atípico: Roma, un escenario más cercano al recogimiento espiritual, teniendo en cuenta que se realizaba la ceremonia de asunción del papa Francisco. A partir de allí el nuevo aura que se instalaba en las relaciones parecía ser el de la tolerancia; aunque en el otro extremo del mundo, el “humo blanco” de los industriales, para elegir al nuevo presidente, se alejaba cada vez más. Mientras en el Vaticano, la ceremonia tenía ribetes emocionantes, Ignacio De Mendiguren, que acompañaba a la presidenta Cristina Fernández en Roma, recibía la noticia de la designación de José Urtubey, como candidato de la lista Celeste y Blanca, para ocupar la presidencia de la entidad fabril. A partir de allí los diálogos de esas horas fueron determinantes, porque los integrantes del grupo Industriales consideraron que el día elegido para la elección del candidato era inapropiado y por poco una provocación, ante la ausencia del actual presidente de la entidad (el mandato venció el 31 de marzo).
De Mendiguren, en un paréntesis llamó inmediatamente al aceitero Miguel Acevedo y le propuso que postergaran la discusión. Según el textil, el nuevo escenario político que desencadenaría en la Argentina el ascenso del cardenal Bergoglio como máxima autoridad de la Iglesia justificaba no apurarse. La negativa de la lista Celeste y Blanca realimentó el malestar en Industriales, pero principalmente en el “Vasco” De Mendiguren (aparentemente quiere seguir un año más) que, desde ese momento, comenzó a operar. Teóricamente la puja no debería existir porque en la UIA existe un sistema de alternancia entre dos agrupaciones: Celeste y Blanca e Industriales. De Mendiguren es de Industriales, aunque ahora corresponde el turno de Celeste y Blanca. Fue esta agrupación que el 18 de marzo pasado propuso para encabezar a la Unión Industrial a José Urtubey, de Celulosa Argentina, y hermano del gobernador de Salta. En cuanto se conoció la postulación comenzaron los cruces y presiones. Quienes cuestionaban a Urtubey argumentaban: “Nos compramos la interna del PJ, la pelea por la re-
reelección se nos va a meter acá adentro”, decían y frente al matiz que tomaban los acontecimientos, debieron bajar la candidatura de José Urtubey, proponiendo a Héctor Méndez, quien en el período anterior abandonó el cargo por un problema de enfermedad de uno de sus hijos, y ahora no estaba muy conforme con la nominación. Pero la historia no terminó bien. Es que el martes pasado había tres reuniones previstas. Las dos primeras eran a media mañana. Una de Celeste y Blanca, la otra de Industriales. La de Industriales transcurrió sin grandes inconvenientes. Se limitaron a aprobar por unanimidad un comunicado ratificando la alternancia. Y avalaron la fórmula que se había negociado el viernes anterior: Méndez-Betnaza. Pero en la de Celeste y Blanca las cosas fueron diferentes, y allí hubo una división. Según las fuentes, un grupo insistió en la postulación de Urtubey estuvo entre otros Federico Nicholson (Ledesma). Y con Méndez, las cámaras de laboratorios (Cilfa), autos (ADEFA) y alimentos (Copal). Curiosamente la reunión mostraba a sus integrantes explicando la inconveniencia de la designación de José Urtubey, con la misma vehemencia con que antes la defendían. Fueron momentos de reproche mutuo. De esa reunión de la lista Celeste y Blanca, que se desarrollaba en la sede de la cámara de laboratorios Cilfa, debía salir un posible líder fabril que, por la tarde, sería aprobado en la junta directiva de la UIA. Pero los 25 asistentes estaban divididos en tres tercios: los que querían ratificar al salteño José Urtubey, los que proponían reemplazarlo por Héctor Méndez y quienes preferían postergar el desenlace y seguir negociando, postura que finalmente se impuso. A partir de allí y como una manera de calmar los ánimos se dispuso un plazo de 15 días para resolverlo.