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A Pablo Lunati, el árbitro más polémico y controvertido de la última década del fútbol argentino, le llegó el final de su carrera. Su retiro, o despido, se sentenció ayer con el tercer rechazo por parte de la AFA a su pedido de volver a dirigir, tras quedar parado una vez que se conoció su problemática con la AFIP.
Sucede que en junio próximo vence su contrato con la AFA, organismo que no le renovará el vínculo y que tampoco lo designará hasta el final del torneo. Solo se le daría la oportunidad de despedirse en un partido oficial en junio.
Su última actuación fue el 18 de marzo de 2013 cuando Arsenal venció como local por 3 a 2 a San Martín de San Juan. Tres días después estalló el escándalo cuando la AFIP informó que el juez era investigado por supuesta evasión y lavado de dinero.
En tanto, el titular del Sadra, Guillermo Marconi, aclaró la razón formal por la que el árbitro no es designado para dirigir partidos de Primera División: “Es que tiene inhabilitado su CUIT y por lo tanto no puede cobrar el sueldo”.
“Lunati no dirige simplemente porque tiene inhabilitado el CUIT y por lo tanto no se le pueden pagar sus haberes, pero no hay ninguna otra razón en el medio y eso debe quedar claro definitivamente”, advirtió Marconi. “Pablo está involucrado en un caso de aparente evasión tributaria y lo que quiere la AFIP es cobrar, en caso que efectivamente él deba algo. Después debe resolver la Justicia”, explicó casi sentenciando la historia de Lunati como árbitro.