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Con la confianza de los campeones y el optimismo de siempre, ayer llegó al país Sergio Martínez. El campeón mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) arribó a Buenos Aires acompañado de Pablo Sarmiento, su entrenador, su doctora Patricia Bordón y el resto de su equipo. El próximo sábado el quilmeño sostendrá la primera defensa de su corona ante el inglés Martin Murray, quien está desde el miércoles en Argentina.
A la hora de pronosticar un resultado, como lo hizo el año pasado cuando se presentó el combate, no dudó en hablar de un triunfo, y “si es por nocaut, mejor”, dijo. En ese contexto, también argumentó que el combate lo ganará el más inteligente. “Esta es una pelea en la que va a ganar el más inteligente. Y ese espero ser yo”, sostuvo el quilmeño, sin ruborizarse, apenas llegado al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, ante una nutrida cantidad de fotógrafos, periodistas y curiosos (estimados en 200 personas) que aguardaban su presencia.
El bonaerense, quien conquistó el título en septiembre pasado cuando venció en Las Vegas al mexicano Julio César Chávez Jr., llegó procedente de Madrid, en vuelo de la compañía Iberia, vestido con un saco negro, una camisa blanca y anteojos oscuros.
“Ojalá pueda ganar por nocaut. Para mi rival será una aventura muy importante. Tiene mucho que ganar y poco que perder. Que disfrute estos días en Buenos Aires. Espero que se vaya lastimado de la cancha de Vélez”, sentenció Martínez, en una suerte de improvisada conferencia de prensa.
“Emocionalmente estoy mejor que nunca. Voy a cumplir un sueño de los grandes que es pelear ante mi gente y el sábado, con el equipo, lo vamos a culminar. Ahora iré a mi hotel para descansar y concentrarme para la pelea”.
“Estoy once puntos”
Pese al gran número de medios, fans y curiosos que se juntaron para saludar y charlar con el campeón, Maravilla no tuvo problemas. Luego, el púgil anticipó que saldrá muy poco de su habitación hasta el día de la pelea, como es habitual, y remarcó: “De uno a diez, estoy 11 puntos”.
Respecto al peso que deberá dar en el pesaje oficial el viernes, Martínez señaló: “Estoy apenas un kilo y medio arriba, no voy a tener problemas”.
El límite de la categoría es de 72,574 kilos. El campeón mundial argentino de 38 años anticipó, además, que se quedará en el país hasta el invierno.