inicia sesión o regístrate.
Un día el cuadro del Señor de Sumalao salió de la iglesia de La Merced. Fue en septiembre del año pasado cuando una artista plástica y un grupo de colaboradores comenzaron a trabajar en tareas para restaurarlo. El lunes 25 de marzo (Lunes Santo) fue trasladado a la Catedral Basílica de Salta. Luego, el Viernes Santo, presidió el Vía Crucis alrededor de la plaza 9 de Julio y, los días posteriores, se lo llevó a distintas iglesias y capillas de la ciudad. Hoy, esta obra pictórica del siglo XVIII está en su sitio original: la iglesia de La Merced, pero esta tarde se lo trasladará hasta la capilla de San Agustín, donde ya comienza a vivirse la peregrinación del Señor de Sumalao. Mañana será el primer viernes de Sumalao, uno de los días más convocantes para los devotos de este santo. A las 6 partirá hacia el santuario, allí se oficiarán varias misas, a las 9, 11 y 17.
“Desde que salió de La Merced mucha gente pudo conocer esta obra. Muchos se sorprendieron de ver este cuadro en las calles, otros que no lo conocían preguntaban y se interesaban por saber qué está representado en la pintura. La verdad que estos días han sido muy intensos y muy lindos”, dijo Pablo Castro, padre de la iglesia de La Merced. Así, la gente que participó de la celebración de la Semana Santa en la Catedral y en distintas iglesias, como la parroquia Santa Teresa, la parroquia María Reina y la vicaría San Cayetano, entre otras, pudo estar más cerca de esta obra de arte que tiene un especial significado para los devotos.
El padre Castro comentó también que lo sorprendió gratamente la reacción de los cerrillanos que recibieron con mucho entusiasmo y alegría la llegada del cuadro a la capilla San José de Cerrillos. “Misachicos salieron a esperar al Señor de Sumalao y lo llevaron en andas hasta la capilla”, contó el padre. El cuadro permaneció ahí hasta el martes y luego se lo trasladó a La Merced.
Se dice de la obra...
El padre Pablo Castro contó que Gabriel de Torres Gaete había encargado este cuadro a un artista peruano. Algunos historiadores sostienen que el objetivo era llevarlo a su finca del Pucará. La obra venía desde Perú en mula. Cuando pasaban por Sumalao, que era el paso obligado en ese entonces, la mula se detuvo tres veces. La tercera vez se empacó tanto que no hubo forma de retomar el viaje. Entonces se decidió bajar el cuadro en el pueblo y recién entonces la mula siguió su paso. “Se interpretó eso como un signo de la voluntad de Dios: el cuadro debía quedarse ahí”, contó el padre. Dejaron la obra bajo un algarrobo y, muy poco tiempo después, empezó a construirse la primera capilla y el santuario hasta donde peregrinan, todos los años, miles de fieles del Señor de Sumalao.
Por eso esta obra de arte guarda muchos más significados para miles de creyentes. Es una obra que desde hace más de trescientos años sale a la calle en cada peregrinación y está al alcance de todos los devotos. Por eso, también, la iniciativa de restaurarla. Para preservarla y de alguna manera, también, rendir homenaje a tanta fe.
Cuidar el patrimonio
La tareas de restauración estuvieron a cargo de María Gabriela Doña, con quien El Tribuno dialogó unos días antes de que se de por concluido el trabajo. Ella explicó que el proceso es arduo y muy ambicioso, pues se trata de una obra de arte cusqueño que tiene muchos años y que fue intervenida en repetidas oportunidades. Doña trabajó junto a colaboradores en el Seminario de Salta. Contó que cuando se decidió que se iba a restaurar el cuadro la gente del pueblo propuso que el traslado se haga en procesión. La artista no estaba muy de acuerdo pero luego se dio cuenta de la gran devoción de la gente.