El gabinete provincial se constituirá hoy en la ciudad de Orán para analizar la grave crisis social que afecta a esta comunidad de la frontera norte, donde confrontan una serie de factores: la falta de trabajo, la inseguridad, el flagelo de la droga y la precariedad laboral de más de tres mil bagayeros que ven peligrar su única fuente laboral luego de los graves incidentes de los últimos días que desencadenó en la muerte de un joven de 20 años. Para los afectados ésta será una oportunidad propicia para exponer sus reclamos y exigir al Poder Ejecutivo un respuesta concreta a esta problemática que amenaza con provocar un caos a corto plazo.
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El gabinete provincial se constituirá hoy en la ciudad de Orán para analizar la grave crisis social que afecta a esta comunidad de la frontera norte, donde confrontan una serie de factores: la falta de trabajo, la inseguridad, el flagelo de la droga y la precariedad laboral de más de tres mil bagayeros que ven peligrar su única fuente laboral luego de los graves incidentes de los últimos días que desencadenó en la muerte de un joven de 20 años. Para los afectados ésta será una oportunidad propicia para exponer sus reclamos y exigir al Poder Ejecutivo un respuesta concreta a esta problemática que amenaza con provocar un caos a corto plazo.
Frente a lo expuesto consideran fundamental la presencia del gobernador Juan Manuel Urtubey como máxima autoridad de la provincia. Se pronunciaron en estos términos luego de tomar conocimiento de que el mandatario no asistirá a la reunión del gabinete. “No es lo mismo que nos escuchen los ministros que lo haga el gobernador, quien es el que tiene el poder de decisión y por eso queremos que venga y ponga la cara”, expresó Aldo Mendoza, integrante de la comisión de bagayeros.
Lo manifestado por Mendoza grafica el estado de preocupación que reina en este sector luego de los acontecimientos del sábado pasado en el Puesto 28, donde Gerardo Gabriel Tercero, un joven bagayero cayó herido de un balazo durante un enfrentamiento con una patrulla de Gendarmería Nacional. Este episodio generó un clima de profunda tensión, lo que quedó expresado el jueves a la noche cuando un grupo de 200 personas se manifestó por las calles de la ciudad e intentó copar el edificio de la Unidad Regional II de la Policía, donde se encuentran detenidos los seis gendarmes imputados por el homicidio de Tercero. “Nos siguen atropellando”, aseguró un grupo de mujeres al denunciar que el jueves a la tarde fueron despojadas de los bultos con ropa en el mismo sitio donde asesinaron a Tercero.
Afortunadamente los ánimos se calmaron merced a la intervención de las autoridades de la Justicia Federal que convocó a una reunión con representantes de la Gendarmería y de la Policía. Los bagayeros aceptaron entrar en un impasse a la espera de la reunión de hoy del gabinete provincial. La expectativa está centrada en la respuesta que dará el Gobierno respecto al planteo de este sector y de los que reclaman seguridad y trabajo. Se aguarda una nutrida concurrencia frente al Hotel Alto Verde, donde a partir de las 10 comenzará la reunión del gabinete. Allí estarán bagayeros, las madres del dolor, los desocupados, entre otros.
Precariedad laboral, una opción para paliar la desocupación
Se denomina precariedad laboral al estado de situación que viven las personas trabajadoras que, por razones diversas, sufren procesos que conllevan inseguridad, incertidumbre y falta de garantía en las condiciones de trabajo. Esta es la situación de los bagayeros, quienes explotan una actividad ilegal y a la que ningún gobierno, hasta ahora, pudo ubicarlos dentro de ninguna brecha de las relaciones laborales.
“No creo que haya otro trabajo más sacrificado y peligroso que el nuestro”, expresaron Aldo Mendoza y Marta Reynoso, voceros de la comisión de bagayeros de Orán. Refirieron que para ganar unos pocos pesos tienen que atravesar ríos, quebradas y la espesura de los montes con pesadas cargas a sus hombros, además de estar expuestos a las mordeduras de víboras, picaduras de mosquitos y a la afección de las mortales enfermedades tropicales que afectan a la zona, como el dengue, el hantavirus y otras. “Como si esto fuera poco debemos soportar el atropello de la Gendarmería que no solo nos despoja de la mercadería, sino que mata a nuestra gente”, sentenciaron.
Argumentaron que en una zona afectada por la desocupación, el bagayeo es la única alternativa de trabajo. “Si las autoridades nacionales, provinciales y municipales no quieren que hagamos esto que nos den trabajo”, dijo Mendoza. Los dirigentes explicaron que la situación se agrava más aún ahora por el masivo despido de trabajadores del agro como consecuencia de la sequía que afectó la producción de citrus, bananos y caña de azúcar. “La mayoría de esta gente se vuelca al bagayeo para poder llevar sustento a su familia”, señaló Mendoza. Por ese motivo los pasadores de mercadería piden a las autoridades que contemplen esta situación y los dejen trabajar. “Nosotros nos sometemos a todos los controles para demostrar que únicamente transportamos ropa y no droga, como algunos creen”, apuntó Marta Reynoso. La dirigente se quejó por el maltrato que reciben cuando las mujeres son interceptadas por la Gendarmería. “El trato que recibimos es humillante y queremos que esto se termine de una vez por toda”, exigió.
Tomás Cano, el encargado de la playa donde se entrega la mercadería a los tours de compra, dijo que hay gente que está conspirando contra este trabajo de los bagayeros. Citó el caso de Manuel Barrios, expresidente de la cooperativa que los nuclea, al que acusan “de ser el causante de todos los males que afectan al sector”.