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“Brasil está cada vez más preocupado de que surja una nueva Venezuela en su frontera y esto genere desestabilización regional”.
“Cristina ha manifestado reiteradamente que no piensa resignar absolutamente nada de los que considera sus objetivos”.
El proyecto para la “democratización” de la Justicia impulsado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha despertado un fuerte rechazo de diversos sectores que representan a la oposición y académicos del ámbito judicial.
En este marco, tras el intenso debate y la escandalosa sesión en la Cámara de Diputados, Marcos Novaro analiza lo que ha dejado en política esta iniciativa.
El licenciado en Sociología y doctor en Filosofía dialogó con El Tribuno y compartió su punto de vista.
¿La reforma judicial implica un cambio de modelo político por parte del Gobierno nacional?
El intento de reforma viene a la cola de un intento más amplio de cambiar el régimen pluralista de la Constitución argentina por un régimen “a la venezolana”. Ese es el programa, y esto parte de ese programa político. La reforma judicial supone que la mayoría electoral del presidente controle la designación y suspensión de los jueces. Entonces pasa a ser automática la relación entre el poder presidencial y la designación de jueces. O sea, ya se suprime la autonomía judicial entre muchas otras cosas.
A mí me parece que como amenaza ya es suficiente para considerar que esto es abrir la puerta a un cambio de régimen.
Pese al fuerte rechazo que tuvo la iniciativa oficialista desde diversos sectores, ¿es probable que el Gobierno nacional ceda o se eche atrás en este proyecto que es fundamental para las aspiraciones del oficialismo?
No. El Gobierno nacional solo puede triunfar o fracasar. Eso me parece que ha quedado claro, no está dentro de las opciones de Cristina Fernández de Kirchner, moderarse. Entonces las opciones son concretas: o triunfa ella o fracasa completamente. Entonces hay que ver si el Gobierno continúa con otros intentos parecidos o se consume su fuerza, su apoyo social, si está dispuesto a negociar otro tipo de políticas. Pero eso está por verse. Yo no creo que esa opción sea para Cristina Kirchner. Ella ha manifestado reiteradamente que no piensa resignar absolutamente nada de los que considera sus objetivos.
¿Esto de alguna manera, hace que el kirchnerismo se reduzca al “kirchnerismo duro”?
Eso es parte del problema que se está observando hoy. La radicalización y la polarización política están achicando la coalición rápidamente. Ahora ellos creen que va a pasar algo parecido a lo que pasó en 2011. Primero su coalición se achica, pero como mantiene la iniciativa y el control del poder institucional al final lograr imponerse. Como les salió bien entre el 2009 y 2011 calculan que le va a volver a salir bien esta vez. Yo espero que no sea así, que no se repita esa historia.
En el 2009 venían con el viento de cola del conflicto agrario, lo que radicalizó a sectores kirchneristas...
Claro. Y ellos interpretaron que aunque el conflicto les hizo perder algunos votos, eso les permitió fortalecer su coalición y sus objetivos programáticos. Lo mismo creen que está pasando ahora. Puede que pierdan algunos apoyos, pero son como “lastre”. Pierden “lastre” y se purifican, se fortalecen en la voluntad de llevar adelante su proyecto. Aun perdiendo creen que ganan. Ellos interpretaron la crisis del campo como eso. Pese que perdimos en lo inmediato, en lo estratégico ganamos. Eso es lo que ellos dijeron y lo sostuvieron. Creen que el 2011 les dio la razón. Entonces piensan volver a repetir la historia. Yo creo no creo que les vaya a salir así.
En lo que respecta a la reforma judicial hubo cierto rechazo de la ONU, ¿esta visión responde a un síntoma de cómo ven internacionalmente a Argentina?
Sin duda. Yo creo que Argentina está pasando de ser un país periférico e intrascendente a ser un gran dolor de cabeza, porque todas las noticias que da son malas y me parece que hay una preocupación cada vez mayor de democracias un poco más sólidas. Brasil puntualmente. Están cada vez más preocupados de que surja una nueva Venezuela en su frontera y esto genere desestabilización regional. Entonces me parece que afortunadamente va a haber una postura más responsable de los brasileños de no dejar que en Argentina suceda cualquier cosa.
Argentina pasó un 2012 complicado a raíz de decisiones que la marcaron a fuego en términos de políticas internacionales...
El argumento del kirchnerismo de que hay que cerrar las fronteras e ignorar las presiones internacionales porque ellas son antinacionales es un argumento cada vez más parecido al de Videla (Jorge Rafael). Me parece que hay que escuchar los reclamos y los planteos de las democracias de la región, que están cada vez más preocupadas por el curso que sigue la Argentina.
En este cuadro político, ¿es posible que el kirchnerismo tenga complicaciones en las próximas elecciones legislativas en octubre?
Yo creo que sí. Las chances de que el kirchnerismo fracase en las elecciones eran bajas hasta marzo. Se pensaba que aun perdiendo votos podía seguir manteniendo la principal minoría. Se pensaba también que la oposición iba a estar cada vez más dispersa. En este contexto, me parece que ahora, después de los dos últimos meses de errores y de radicalización kirchnerista, por un lado es más probable que se formen coaliciones más amplias en la oposición.
Y por otro lado, me parece que es más probable que dirigentes del peronismo que hasta aquí han sido neutrales o han acompañado silenciosamente al Gobierno nacional, como Daniel Scioli o Sergio Massa, adviertan que si no toman una posición mucho más clara ahora no van a tener ningún tipo de chance en 2015.