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Fue un discurso largo y de fuerte contenido político. Desde Río Gallegos, ciudad donde Néstor Kirchner fue intendente, la presidenta Cristina Fernández defendió ayer la elección popular de consejeros de la Magistratura, actualmente suspendida en la Justicia, y aseguró que “la democracia no puede atemorizar a nadie”.
La mandataria también señaló que los jueces tienen opinión y “no salen de debajo de las baldosas”, al brindar un encendido discurso en Río Gallegos, tras la inauguración de un laboratorio regional de investigación forense en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
“Si hubiésemos lanzado el programa de monarquización de la Justicia, yo comprendería que todo el mundo estuviera tan nervioso o indignado, pero la palabra democracia es una palabra que no puede atemorizar a nadie”, dijo la Presidenta.
A la vez, resaltó que “la voluntad popular es la gran fuente de poder de la Constitución Nacional” y defendió la ley de modificación del Consejo de la Magistratura, cuya principal novedad es que sus miembros pasarán a ser elegidos por el voto popular: “Nadie puede sentirse mal, ni se me ocurre que nadie pueda estar en contra”, sostuvo.
Esta norma, sin embargo, ha recibido numerosos cuestionamientos judiciales y varios tribunales ya han dictado medidas cautelares que frenaron su aplicación.
La jefa de Estado también definió al Consejo de la Magistratura como el “órgano político del Poder Judicial, como también lo es la Corte”, y aludió a la presidenta de la organización Justicia Legítima -cercana a la Casa Rosada-, María Laura Garrigós de Rébori: “Ella dijo que todos (los jueces) vienen de algún lado, que nadie sale de abajo de las baldosas. Me encantó esa expresión”.
Después la mandataria se refirió a dos “connotados miembros de la Corte”: Raúl Zaffaroni, a quien definió como “excelente académico penalista a nivel internacional” y reseñó que fue convencional constituyente en 1994 por el Frente Grande “con intervenciones magníficas”, y Juan Carlos Maqueda, de quien recordó que fue senador y diputado contemporáneo suyo. “Yo lo voté como miembro de la Corte”, dijo Cristina, recordando que en 2002, cuando era senadora por Santa Cruz, aprobó el pliego de Maqueda.
La mandataria también aludió al “propio presidente de la Corte”, Ricardo Lorenzetti, de quien recordó que fue propuesto por su marido, el fallecido expresidente Néstor Kirchner, “sin siquiera conocerlo, ni siquiera de vista”.
La Corte deberá decidir sobre los planteos contra las leyes de democratización de la Justicia y Lorenzetti ya anunció que, una vez que lleguen, el máximo tribunal los “resolverá inmediatamente”.
Al respecto, la mandataria vaticinó: “Seguramente esta democratización de la Justicia también me va a acarrear algunos problemas o al gobierno, pero estoy dispuesta a enfrentar todo lo que venga con tal de dejar un país mejor organizado, en donde sus tres poderes sean absolutamente democráticos y abiertos al pueblo, y por sobre todas las cosas independientes de las grandes corporaciones”.
Por Twitter, pidió que se vaya Fayt
Le había quedado al menos una idea sin decir, después de 50 minutos de discurso en Río Gallegos, así que apenas dejó el micrófono, la Presidenta tomó el celular y empezó a tuitear, apuntando sus dardos contra un juez de la Corte, el salteño Carlos Fayt, de 95 años.
Lo primero que apuntó Cristina de Kirchner fue que el centenario magistrado permanece en su cargo pese a que “la Constitución Nacional establece un límite de 75 años para ser parte del alto tribunal”. Esa situación “no puede ser!”, enfatizó.
“Cuando mencioné el origen político de algunos integrantes de la Corte Suprema de Justicia, se me olvidó nada más ni nada menos el casi centenario miembro de la Corte, que pertenece al histórico y también centenario Partido Socialista”, señaló la Presidenta, sin mencionar a Fayt que nació en 1918.
Sin embargo, explicó que “por una acordada (decisión que puede tomar por simple mayoría la Corte Suprema)” la “Constitución, la ley y lo que diga María Santísima... out”.