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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Independiente le puso fin a su agonía

Sabado, 15 de junio de 2013 23:19
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Sus ilusiones eran infímas y la salvación parecía una quimera, finalmente Independiente no pudo esquivarle al cruel destino y terminó ardiendo en el infierno. Muchos años de errores dirigenciales y de malas decisiones en lo deportivo terminaron condenándolo a jugar a partir de la próxima temporada en la B Nacional .

El diablo rojo soportó el golpe más duro de su rica y gloriosa historia deportiva, que ostenta 18 títulos locales (entre el amateurismo y la era profesional) y 16 conquistas internacionales, que forjaron su legendario mote de Rey de Copas.

Las 25.000 personas presentes ayer en el estadio Libertadores de América sufrieron la consumación del fracaso con dolor, resignación, hidalguía y atisbos aislados de violencia.

Finalizado el clásico ante San Lorenzo, los jugadores de Independiente, todos con lágrimas en los ojos, se juntaron en el círculo central, se abrazaron para juramentar una rápida recuperación y se marcharon del campo mientras bajaba un orgulloso aliento desde las tribunas.

No fue un partido normal, tal como se especulaba por todo lo que estaba en juego. Difícil de analizar en términos futbolísticos porque hubo un equipo, el local, que jugó atado por la presión del inminente descenso y otro, el visitante, que nunca quiso avanzar en el rol de verdugo.

Con mayoría de jugadores juveniles, el conjunto de Miguel Angel Brindisi arriesgó las últimas fichas con dignidad, pero lejos estuvo de hacerse dueño del partido.

Las efímeras esperanzas del rojo se redujeron ante la noticia del gol de San Martín de San Juan frente a Estudiantes, con lo que ni siquiera le alcanzaba para seguir con vida aun ganando el partido. Como si fuera necesario para lacerar las heridas del local, Correa sorprendió con un golazo a los 14 minutos, para que el descenso fuera con derrota incluida.

El final llegó entonces sin desmanes, solo con insultos aislados y las gargantas enrojecidas para despedir al equipo en el momento más triste de la historia del club.

Amor eterno de los hinchas

La madurez y la entereza con que los hinchas de Independiente tomaron el golpe más duro que les tocó vivir, en un jornada negra para la historia del club, contrasta notoriamente con los hechos de violencia que salpicaron al fútbol en los últimos días. Es digno destacar cómo los simpatizantes del rojo despidieron a sus jugadores jurando amor eterno a esos colores. “En las buenas y en las malas te vamos alentar...”, bajaba de las tribunas, como también bajaban las lágrimas en los rostros de miles de hinchas, en el momento más doloroso que cualquier fanático de un equipo de fútbol pueda vivir.

Después del gol de San Lorenzo, el estadio Libertadores de América quedó en silencio. Y cuando el final inevitable se acercaba empezaron con un cálido aliento de despedida. Lágrimas inevitables y la congoja de quienes vieron a sus colores desteñidos por la dura realidad de descender a la B Nacional.

La gente del rojo puso la cara, prefirió alentar en el peor momento y no descargar su bronca con violencia. Ahora se viene la incursión en una nueva categoría, con una nueva esperanza: la de volver a ser. Los hinchas estan vez dieron el ejemplo.

Un 15-J que no se olvidará jamás, Por

Cuesta ponerse en la piel del hincha de Independiente en este tremendo momento. Cuesta entender cómo el Rey de Copas dilapidó su enorme prestigio en los últimos años. Muchos son los responsables de esta debacle histórica. Desde Comparada hasta Cantero. Desde Menottí hasta Ramón Díaz, Garnero, Mohamed, Cristián Díaz, Tolo Gallego, etc., todos tienen un porcentaje de responsabilidad.

El estadio de la vieja doble visera (hoy convertido en Libertadores de América, aunque sin terminar), acostumbrado a aquellas mágicas gambetas de Bochini, a los goles de Arsenio Erico, a los debordes de Bertoni, a los cruces del Chivo Pavoni, ayer fue testigo de un 15-J fatídico, que la mitad de Avellaneda no olvidará jamás. El rey se convirtió en mendigo y tendrá que remarla de abajo. Pero, a veces es necesario tocar fondo para salir a flote...
 

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