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Le dan hueso y le cortan el pescuezo

Domingo, 16 de junio de 2013 12:17
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La semana que pasó fue un ir y venir de funcionarios salteños a Buenos Aires. Pero a diferencia de muchas veces anteriores, estos viajes tuvieron la urgencia y la necesidad de conseguir fondos frescos para el mantenimiento de varios programas que dependen de Nación.

La provincia se viene haciendo cargo de estos programas con un alto costo financiero en áreas críticas que, en su mayoría, tienen que ver con planes alimentarios. Prescindir o retrasar el pago de estas obligaciones sería riesgoso para la provincia.

Se trata de unos 85 millones de pesos que la Nación debería mandar a Salta para hacer frente a programas de contención. Se inscriben allí la Tarjeta Social, el programa Nutrivida, Pueblos originarios.

Existen también programas de salud como el TBC, del que la provincia también se hace cargo.

Pero la plata se acaba y desde Capital Federal no mandan víveres, así que nutridas delegaciones partieron para gestionar en los pasillos de la Casa Rosada, la ayuda para la provincia.

En realidad la ayuda debía traducirse en la firma de convenios entre el Gobierno nacional y provincial para que los fondos lleguen desde Buenos Aires. Pero los acuerdos no llegaron a ver la luz.

Las cosas no salieron bien. Las respuestas no fueron las esperadas y muchos volvieron con las caras largas, los bolsillos vacíos y una gran preocupación a futuro.

Pero esta preocupación no sólo tiene que ver con el dinero que falta para Salta pero que, según parece, alcanza para otras provincias, como Chaco y Formosa donde el gobierno nacional firmó programas de asistencia financiera o Santiago del Estero, donde esperan la llegada de funcionarios nacionales para inaugurar obras turísticas y de infraestructura.

Las preguntas son inevitables. ¿Por qué para otras provincias sí y para Salta no? ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Alcanza la obediencia irrestricta y genuflexa de los legisladores kirchneristas de Salta en el Congreso? ¿Alcanzan las fotos de Urtubey junto a Cristina?

Estas preguntas comenzaron a tener eco en distintos niveles del gobierno provincial . A algunos les volvió a la memoria lo que ocurrió hace poco con el tratamiento de la reforma judicial y el voto clave que le cupo a la diputada Fiore. “Ese día sonó el teléfono de Urtubey. El gobernador llamó luego a Cristina Fiore y le dijo: si no votás a favor, no nos mandan más plata”, recordaron. Pero ni siquiera ese esfuerzo valió la pena.

Pocas semanas después de esa prueba de pertenencia, el gobierno provincial volvió sin nada. Todo hace acordar a la adaptación argentina de “Aserrín aserrán”, aquella canción popular española. “Piden pan, no les dan. Piden queso, les dan hueso y les cortan el pescuezo”.

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