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25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Sandra Píccolo: ?Si no hay alma y pasión en lo que se hace, lo que hacemos no dice?

Lunes, 01 de julio de 2013 00:59

La música atraviesa transversalmente el espacio, mientras los saltos rasantes, los movimientos mudos y los cadenciosos, los bruscos y los más ligados, terminan de volver poesía cada puesta en escena de decenas de bailarines apasionados por la danza contemporánea. Allí, entre bambalinas, está ella: Sandra Píccolo. Viendo suceder la creatividad que dirige con el alma.

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La música atraviesa transversalmente el espacio, mientras los saltos rasantes, los movimientos mudos y los cadenciosos, los bruscos y los más ligados, terminan de volver poesía cada puesta en escena de decenas de bailarines apasionados por la danza contemporánea. Allí, entre bambalinas, está ella: Sandra Píccolo. Viendo suceder la creatividad que dirige con el alma.

Sandra Píccolo es bailarina desde antes de cumplir los 3 años. Es entrerriana, pero vive en Salta hace 26 años. Dirige un ballet independiente de danza contemporánea, es rectora del Instituto Superior de Profesorado de Arte 6004 y Coordinadora de Arte de Salta. También dirigió el Ballet de Danza Clásica de la Provincia.

En esta edición Sandra dice lo suyo para contar acerca de esta pasión con la que ha pisado y bien fuerte- cientos de escenarios en los que compartió su arte con importantes bailarines argentinos y del extranjero.

Desde su casa, donde está el studio de baile por el que han pasado muchos talentosos jóvenes salteños, habló con El Tribuno.

¿Cómo nace esta vocación por la danza?

Comencé mis primeros pasos en la danza a los tres años, en mi ciudad natal Villaguay (Entre Ríos). Luego con Teresita Miñones en Concordia, Gualeguaychú y Buenos Aires. La danza era una pasión que tenía mi mamá, siempre había querido bailar flamenco pero su papá no se lo permitió. Me cuenta que yo siempre estaba saltando y bailando por toda la casa, es así que decidió enviarme a estudiar. Bailé profesionalmente clásico, flamenco y jazz. Tuve la posibilidad de bailar y compartir escenario con bailarines muy importantes del Teatro Colón de ese momento como Raúl Candal, Cristina del Magro, Alejandro Toto, Mario Galizzi y Liliana Martínez, entre otros... Fue una experiencia muy, muy linda. Me recibí en Concordia de profesora en danza clásica y danzas y luego accedí a una beca en Buenos Aires. Allí comencé a estudiar nuevamente y a revalidar mi título. Así obtuve el título de profesora nacional de danza clásica y también de profesora de expresión y lenguaje corporal. En esta época descubrí la danza contemporánea, la cual me atrapó inmediatamente. También integré el Grupo Aleph de la mano de Lola Brikman y Aurelia Chilemi quienes me marcaron mucho como persona y profesional, así como también los grandes maestros Helda Seró, Renate Shottelius y Freddy Romero.

¿Cómo fue la llegada a Salta?

Llegué a Salta por una propuesta de trabajo hace 26 años. Fue una decisión muy difícil que significaba dejar muchas cosas valiosas: familia, amigos, mi trabajo como docente y bailarina, espacios que a los provincianos nos cuesta mucho lograr en Buenos Aires.

De alguna manera fuiste quien dio a conocer la danza contemporánea en Salta... ¿Lo sentís así?

En ese momento en Salta había un poco de danza moderna, a cargo de algunas maestras, no muchas. Pero creo que en danza contemporánea hemos tenido un protagonismo importante. Salta es una provincia con mucho talento, siempre lo he dicho. Quizás al principio costó un poquito que esta danza comenzara a verse como un lenguaje o disciplina que tiene su estudio y metodología tan importante como la danza clásica. Hasta que se logró entender esto pasó un tiempo, pero no fue en vano, nos permitió crear la primera escuela de danza contemporánea en Salta.

Para el espectador, quizás la danza clásica genera la sensación de liviandad... El contemporáneo tiene más de expresión de todo el cuerpo... ¿Es esa una de las diferencias?

Sí, pero el contemporáneo también tiene ese carácter aéreo, de liviandad como así también su parte de arraigo. Es un juego permanente entre el cielo y la tierra. La complejidad que tiene es que en ningún momento se debe ver el movimiento como una dificultad o como algo brusco, golpeado o difícil. Todo lo contrario, se debe disfrutar y poder transmitirlo, lo cual requiere de una dedicación, entrega y entrenamiento constante.

 

¿Creés que el trabajo riguroso de un bailarín y la disciplina que debe tener en su carrera se traslada a otros aspectos de su vida?

Yo creo que no se puede separar. Siempre les digo a mis estudiantes: “primero nos formemos como personas”, eso nos va a permitir acceder a muchas otras cosas. Hay gente que nace con condiciones naturales, hay otros que tienen que trabajar mucho para lograrlo, pero nada es imposible, todo se puede lograr con esfuerzo, trabajo y dedicación, teniendo en cuenta que este camino permanentemente nos pone a prueba. A veces se abren puertas y otras se cierran, así es la vida, pero no hay que declinar. Se debe seguir luchado por los ideales con valores, sin convertirlo en una competitividad deshonesta, violenta o agresiva simplemente por llegar ¿a dónde?. Mikhail Baryshnikov decía: “yo bailo para mí para superarme a mí mismo, no pensando en que tengo que superar a otras personas”. Un gran bailarín es una persona humilde, respetuosa de sus compañeros, de su trabajo y de su maestro.

Recuerdo “Efímera”, una obra en la que hay muchos bailarines en escena y que, sin embargo, los que no son figuras principales y quizás están en la parte más oscura y lejana del escenario, lo bailan con las misma entrega...

Totalmente cierto. Eso es profesionalismo. Cuando comenzamos nos llamábamos TDC (Taller de Danza Contemporánea) eso fue a comienzos de los 90, luego de un homenaje al Maestro Oscar Araiz quien nos visitará para el estreno de la obra “Gótica” y se convirtiera en el Director Honorario, el dio a llamar BC (Ballet Contemporáneo). Durante estos años han pasado por el ballet talentosos jóvenes que se han convertido en maravillosos bailarines y profesionales de la danza. Estoy muy orgullosa de estos chicos, que hoy tienen sus propios grupos. Un lema en nuestra formación “somos un equipo y como equipo funcionamos”. Con ellos hemos ganado premios provinciales, nacionales, latinoamericanos e internacionales. Por ejemplo el año pasado tuvimos un primer premio Internacional en categoría profesional: Florencia Wehner, con coreografía de Sabrina Wehner, las más jovencitas de la mano de Constanza Wehner grupal juvenil medalla de plata, y en el año 2012 Julieta Cancino como revelación becada al internacional de Brasil. Esto nos reconforta.

¿Cómo es el proceso creativo, desde que elegís la obra hasta que pensás cómo llevarla a escena?

Es muy variado. A veces el disparador es diferente: un texto, una pintura, una música. Particularmente lo que más me motiva es la música y nunca se con seguridad en qué va a terminar. Comenzamos, se va gestando, mutando permanentemente, hasta que sigue sola... Hemos tenido obras como “Damero y Sivila” y “Edith” que fueron obras de danza teatro con textos de Víctor Fernández Esteban, por ejemplo. Otros de Cristina Idiarte, como “Abismo”.

¿Qué pensás respecto a las políticas de gestión cultural?

Es un tema álgido. Hemos tenido nuestros bemoles y logrado cosas importantes sobre todo en este último tiempo. A nivel privado es una cosa y a nivel oficial otra. Creo que a nivel del Ministerio de Cultura y Turismo hay una acción hacia la cultura y desde el Ministerio de Educación también. Sin dudas creo que Salta tiene un potencial de artistas muy grande y las posibilidades hay que generarlas. También depende de que nosotros podamos proponer y gestionar proyectos que tengan viabilidad de realizarse en la provincia. Por ejemplo, no voy a declinar en la lucha de para la creación de un ballet contemporáneo oficial. Hablamos de un Proyecto Nacional de inserción de nuestros jóvenes y la creación de fuentes de trabajo que tienen que generarse a través de la educación y la cultura. Defiendo la creación del Ballet Clásico, del Ballet Folclórico, pero voy a seguir luchando por un Ballet Contemporáneo. No pierdo las esperanzas de verlo conformado.

Te tocó estar en un momento difícil del Ballet Clásico de la Provincia... ¿Cómo fue esa experiencia?

Para mí toda experiencia siempre es enriquecedora. El hecho de que me hayan convocado fue muy importante y agradezco a los funcionarios que me dieron esta oportunidad. Fue una experiencia muy linda.

¿Qué pensás de las disciplinas estilizadas, en tango y folclore?

Me parece riquísimo. Una cosa es lo que es tradicional y está perfectamente bien separada. Creo que si uno sabe hacer bien la fusión es muy interesante. Hoy en día el Ballet Folklórico Nacional entrena con danza contemporánea, el Ballet Clásico también. Esta ductilidad que debe tener un bailarín profesional, se logra conociendo y trabajando las diferentes disciplinas. Cuanto más conozcan mayor va a ser su rendimiento.

¿Tiene que ver con una búsqueda por innovar?

Yo creo que ya no se puede innovar más. Está inventado todo. No podemos decir que somos una vanguardia o que tal cosa está obsoleta porque no está a la moda. ¿Qué es la moda? Si estamos viendo hoy cosas que se vieron en los 80 cuando yo bailaba en Danza Abierta en Buenos Aires, del movimiento simple, del silencio, del cuerpo quieto, la improvisación y de un montón de cosas que quizás hoy son tendencia pero que ya lo fueron antes también. Está todo hecho. Lo que uno puede hacer es recrear a partir del movimiento y de acuerdo al matiz que uno le quiera darle, dándole una impronta personal.

Hoy además sos rectora del Instituto Superior de Profesorado de Arte y Coordinadora de Arte de la Provincia... ¿Cómo se complementan esos trabajos?

Son dos cargos que me dan muchas satisfacciones y tengo mucho por aprender. También tengo a suerte de contar con colaboradores incondicionales, profesores y estudiantes comprometidos con el ISPA. Por otro lado en la coordinación me acompañan destacados profesionales Adriana Martell, Amelia Flores, Danny Veleizán, Paola Contreras y Juan Barthe. Audiovisuales, danza, teatro, artes visuales, música. ¿Qué es lo que hacemos? A través de la nueva Ley de Educación 26.206 el arte pasa a ser un nuevo paradigma dentro de la educación y conforma un espacio en la currícula. Antes formaba parte de materias especiales. Ahora estamos trabajando para que esto realmente suceda, acompañando.

¿Cuál será la próxima obra del ballet de danza contemporánea?

Estamos con “Oriente” que es una obra que ya se preestrenó, con música oriental, coreografía compartida de Constanza Wehner. Es una propuesta muy ágil, colorida y virtuosa.

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