La delincuencia en Salta no cesa. En los últimos días se conocieron tres robos perpetrados por los rompevidrieras, una nueva modalidad delictiva.
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La delincuencia en Salta no cesa. En los últimos días se conocieron tres robos perpetrados por los rompevidrieras, una nueva modalidad delictiva.
Increíblemente, uno de los sucesos se registró a metros de la Central de Policía, en el corazón de la capital salteña. Ocurrió durante la madrugada del 19 de junio, cuando desconocidos rompieron la vidriera del local Miguel Llaó, situado en calle Balcarce al 300, y se llevaron una notebook Leonovo, una netbook Samsung, una tablet PC 7 Eqqus, entre otros accesorios valuados en $17.000.
Al respecto, el jefe de la Policía, Marcelo Lami, indicó que “vivir a la par de la Jefatura tiene que ser sinónimo de seguridad al 100 por ciento. Lamentablemente, es un edificio de trabajo administrativo y solo quedan cuatro policías de noche”.
Por esas horas, pese a que Lami admitió que el robo fue “una cachetada a la Policía”, otro local sufrió un delito similar en Caseros al 1800.
Esta vez, la vidriera dañada fue la heladería de la cadena Grido, que se encuentra a 100 metros de la comisaría 5, de donde se llevaron una caja registradora valuada en $7.300, con $800 en efectivo, el monitor de una computadora e intentaron apropiarse de un LCD de 42 pulgadas, aunque este último objeto no pudo ser sustraído.
Además, trascendió que la caja registradora fiscal de la reconocida confitería Bonnie & Clyde, ubicada en el macrocentro, habría sido robada en esos días, aunque no se radicó una denuncia por ese hecho.
Sin embargo, días más tarde, el 27 de junio, a las 2.30, la empresa Monterrichel Hermanos fue la tercera víctima de los rompevidrieras en una semana.
El hecho ocurrió en la calle Esteco al 300, donde la firma tiene su local comercial. Allí, un delincuente tras romper la puerta de ingreso se llevó una caja registradora que contenía $250 y juegos de pirotecnia.
La cámara de seguridad capturó el momento cuando el ladrón ingresó con un casco y alzó los objetos, para después darse a la fuga.
Según testigos, otro malviviente lo esperaba afuera en una motocicleta en la que luego escaparon.
En el interior también sufren estos delitos
Los denominados rompevidrieras, que desde hace tiempo son el terror de los comerciantes de San José de Metán, dieron su último golpe en abril pasado en un local ubicado en el macrocentro de esa ciudad, y se llevaron aparatos y otros elementos valuados en más de $2.000.
En esa oportunidad, el robo se produjo en el local de Bustos Refrigeración, ubicado en la calle Lavalle 327.
Los delincuentes utilizaron un elemento contundente para romper la vidriera del comercio, entre las 5 y las 6, provocando una rotura de más de un metro.
Tras ingresar, sacaron motores de lavarropas y electrobombas, además de pantallas de gas, plaquetas electrónicas y anafes.
“Por suerte tenemos rejas, de lo contrario se habrían llevado todo lo que estaba en la vidriera”, dijo Gladys Vázquez de Bustos, la propietaria del lugar que realizó la denuncia en la comisaría 30.
“Me sorprende que sucedan todas estas cosas en Metán. Falta seguridad y patrullajes por parte de la Policía para prevenir estos hechos que suceden los fines de semana y los feriados, principalmente”, dijo la comerciante indignada.
“Estamos expuestos a los robos en los locales y a que te causen daños, como la rotura de luminarias y hasta de vehículos que están en la calle, porque eso también está sucediendo”, detalló.
Al parecer, hay varios grupos de delincuentes en Metán que utilizan la modalidad para sustraer aparatos, ropas y otros elementos de las vidrieras de lo locales, ya que el año pasado la Policía realizó detenciones de algunos de los sospechosos de haber cometido ilícitos similares.
Inseguridad
Luego de haberse conocido el robo, un grupo de vecinos y representantes de distintas instituciones mantuvieron una nueva reunión en la Municipalidad para buscar soluciones al problema de la inseguridad y las adicciones; sin embargo, los delitos siguen en crecimiento.