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Clemente Rojas salió el 1º de julio desde Iruya caminando. Su destino final era el puesto El Cármen, trayecto que le demandaba realizar al pastor más de 9 horas. El hombre de 75 años fue encontrado cuatro días después por unos vecinos. Había caído a un barranco desde 80 metros de altura.
Ese mismo día que encontraron el cuerpo del pastor, sus dos hijo emprendieron el mismo camino de su padre para rescatarlo del lugar. Le habían prometido a ambos que llegaría un helicóptero de la Provincia que llevaría a cabo la tarea.
Junto al cadáver de su padre esperaron en vano durante 5 días a la intemperie. Con escasa cantidad de agua y sin comida.
El domingo a la madrugada, y ante el evidente abandono de la asistencia prometida, los hijos y otros familiares, entre ellos un efectivo de la Policial de Salta, decidieron sacar el cuerpo del anciano desde el fondo del barranco. Improvisaron una camilla y después de muchísimo esfuerzo pudieron subir el cuerpo de su padre a un caballo, y así llevarlo hasta el paraje Las Higueras, donde tampoco llegó el médico forense ni el helicóptero prometido por la provincia.
Durante la travesía, el cuerpo del hombre cayó al piso en varias oportunidades porque el caballo se desplomaba por el cansancio, según relataron los hijos. Los familiares siguieron camino y el lunes a la noche llegaron al Alfarcito, donde un enfermero revisó el cadáver y entregó un certificado de defunción firmado por un médico que nunca observó al fallecido.
La hija del pastor se lamentó porque no pudieron brindarle a su padre un velorio digno y el abandono que sufrieron por parte de las autoridades provinciales.
La hija dio a conocer que en otras oportunidades también se certificaron fallecimientos sin la presencia de un médico.
Fuente: AM-840