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La retención por más de 13 horas de Evo Morales en Viena provocó un repudio generalizado de todos los países de la región. El presidente boliviano pudo retornar a su país luego de que su avión fuera requisado para comprobar que no viajaba en él Edward Snowden, el espía norteamericano que filtró datos sobre el espionaje oficial y que la Casa Blanca busca con recelo. Muchos hablaron de que lo sucedido con Morales fue un típico caso de discriminación política, ya que por ser socio del ecuatoriano Rafael Correa -quien le dio asilo político al fundador de Wikileaks- habrían revisado la nave oficial.
Seguramente lo mismo no le pasaría a otro presidente
En ese contexto, la Unasur expresó ayer su “indignación y profundo rechazo” por el impedimento de vuelo ordenado por varios países europeos al avión en el que se trasladaba el presidente de Bolivia, Evo Morales, que puso “en serio riesgo la seguridad del jefe de Estado” y la de su comitiva.
En un comunicado fechado en la capital de Perú, país que tiene la presidencia pro témpore de la Unasur, el organismo expresó “su mayor solidaridad con el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia y en particular con el señor presidente Evo Morales Ayma”, tras los “actos inamistosos e injustificables” sucedidos en las últimas horas.
En la nota se señala que la Unasur ha tomado conocimiento, “con la mayor preocupación”, del comunicado emitido por el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, en el que denunció ante la comunidad internacional el retiro sorpresivo de permisos de sobrevuelo y aterrizaje para la aeronave presidencial. Morales viajaba el martes en vuelo de retorno a su país, después de su participación en la Segunda Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas, en Rusia. Las autoridades de varios países europeos presumían que en la nave de Morales iba el exanalista de la CIA Edward Snowden, quien solicitó asilo a una veintena de países tras ser reclamado por la Justicia de EEUU.