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Blando con los blandos y duro con los duros. Un mes después de formar una comisión para que investigue las cuentas del Vaticano, el papa Francisco aceptó ayer las dimisiones de dos arzobispos eslovenos, el de Liubliana, Anton Stres, y el de Maribor, Marjan Turnsek, supuestamente en relación con la quiebra financiera de cerca 800 millones de euros de la diócesis de Maribor en 2011.
Esto es claramente otra muestra de la extrema dureza de la que es capaz el Sumo Pontífice en sus decisiones y la muy poca paciencia que tendrá durante su papado con los casos de corrupción, pederastia o escándalos financieros. Y es que la situación no es para menos. Maribor es una ciudad de apenas 125.000 habitantes, situada en la pequeña Eslovenia, desprendimiento de la exYugoslavia.
Y el déficit de 800 millones de euros con que entró en quiebra la diócesis es el 2% del presupuesto del país y hasta tres veces el balance anual del propio Vaticano.
Claramente una situación escandalosa o, lo que es lo mismo, un “monstruoso agujero” en la economía del Vaticano, como lo calificó la prensa italiana estos días.
Los “renunciaron”
La oficina de prensa del Vaticano solo informa que Francisco aceptó la dimisión de ambos arzobispos “en conformidad con el artículo 401/2 del Código de Derecho Canónico”, por el que “se ruega encarecidamente” a los obispos diocesanos que renuncien “por causas graves”.
La escueta comunicación oficial quiere decir, en buen romance, que el Papa los “renunció” a los obispos en cuestión, lo mismo que hizo en 2007 Benedicto XVI.
Las dimisiones parecen estar vinculadas con la quiebra financiera que se descubrió en 2007, cuando se supo que la diócesis de Maribor había acumulado hasta 800 millones de euros en deudas por inversiones económicas muy arriesgadas.
En febrero de 2011, Benedicto XVI había ya cesado al arzobispo de Maribor, Franc Kramberger, considerado el mayor culpable del gigantesco agujero, y lo había sustituido por el actual, Marjan Turnsek, que era entonces obispo coadjutor de Maribor.
También se descubrió que el entonces arzobispo de Liubiana, Alojz Uran, que dimitió en 2009 por motivos de salud, fue corresponsable de la bancarrota de la diócesis de Maribor. En enero de 2010 Anton Stres fue nombrado arzobispo de Liubiana.
En su momento, el semanal italiano L"Espresso habló de que se trataba del peor desastre financiero de la historia de la Iglesia, de un “agujero monstruoso”, equivalente al dos por ciento de todo el producto bruto interno esloveno y tres veces superior a las entradas registradas en el último balance del Vaticano.
A medida que van saliendo a la luz situaciones complicadas del Vaticano va tomando más sentido la renuncia del papa anterior. Entre estos escándalos, pasan a ser casi anecdóticos los documentos secretos filtrados a la prensa. Por algo, apenas asumido, Francisco dijo que quería “una iglesia pobre y para los pobres”.
Ciudad mínima, déficit monstruoso
Absolutamente imposible de entender. Las versiones dicen que la diócesis de Maribor realizó algunas inversiones extremadamente arriesgadas a principios de los 2000, que la llevaron a acumular un déficit de 800 millones de euros. Inconcebible para una comarca con una pequeña población de fieles, que no representan ni el 3 por ciento de los que reunió el papa Francisco en Río de Janeiro el domingo anterior en una misa.
Para poder hacerse una idea de lo mínima que resulta la diócesis a nivel mundial hay que citar que Máribor es una ciudad al noreste de Eslovenia, a orillas del río Drava, muy cerca de la frontera austríaca.
Con 125.400 habitantes, Maribor es la segunda ciudad más grande del país tras Liubliana.
Maribor posee industrias de vehículos, productos químicos, aluminio y maquinaria agrícola. Su principal producto es el vino, así como las manzanas. Es nudo ferroviario y de carreteras, con gran tráfico internacional. Es conocida por su estación de esquí en Pohorje.
Fue fundada en el siglo XII y pronto se convirtió en la ciudad más importante de la Baja Estiria. Prueba de su antigüedad son la catedral (construida en el siglo XII) y el castillo (que data del siglo XV).