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Los comicios de hoy en todo el país plantean una situación atípica en la dinámica de nuestra consolidada democracia. Estas elecciones tendrán como particularidad algunos elementos que, hasta el momento, no figuraban en la sana costumbre de votar por nuestros candidatos, pero que inobjetablemente van a dejar una huella en la historia reciente del país.
La primera sin dudas es la posibilidad de participación que se les dará a los jóvenes de 16 años (incluso a los que cumplan esa edad de aquí hasta octubre).
Para el caso de Salta, más de 20 mil jóvenes podrán sufragar bajo estas condiciones, aunque su voto no será obligatorio.
Las expectativas estarán puestas, más allá de las polémicas por el supuesto carácter influenciable de los jóvenes votantes, en la participación y el interés que demuestre esta franja etaria para concurrir a las urnas.
No es un dato menor ya que los chicos no están obligados a votar, pero su participación puede marcar una tendencia en las estrategias políticas de los partidos para captar votos en el futuro inmediato.
Pero además de ello, el grado de interés de los chicos en los comicios pondrá punto final a una fuerte polémica en la sociedad. Quien tiene mayores intereses ¿los jóvenes o los adultos? Qué es más legítimo ¿un alto grado de interés de los chicos? ¿o un alto grado de interés político? Son preguntas que hoy tendrán su respuesta.
El voto obligatorio
Otro punto que diferencia a los comicios anteriores será la obligatoriedad de votar. Si bien es cierto el voto fue siempre obligatorio según la ley electoral, esta vez el control sobre los que infrinjan la ley será más efectivo y punitorio. Aquellos que no concurran a las urnas formarán parte de un padrón de infractores que será público y afectará los derechos ciudadanos.
Pero lo más curioso de estas elecciones es que, nunca como antes, estas PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) concentrarán la atención social, pese a que de ellas no saldrá ningún candidato electo por la voluntad popular.
En efecto, el resultado de las elecciones de hoy no le dará la banca ni un cargo electivo a nadie, pero indefectiblemente marcará una tendencia hacia las elecciones generales de octubre.
Si hay un punto de coincidencia entre todos los opositores y algunos oficialistas, es que los comicios de esta jornada serán una especie de plebiscito de gestión, tanto para el gobierno nacional como para las provincias.
De esta manera se espera que la de hoy sea la primera escala para las generales de octubre, pero además, una proyección decisiva para las elecciones presidenciales y de gobernadores en 2015.
Los resultados de esta jornada pondrán la marca en el termómetro social y en Salta la gente expresará a través del voto su confianza o su rechazo al actual modelo de gestión en la provincia.
En definitiva será la opinión tangible de la sociedad sobre los temas más comunes y cotidianos: la seguridad, el trabajo, la salud y la educación.
Hoy empieza el futuro.