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En un ómnibus de SAETA comentaban dos amigos sobre la fea situación que padecen, por la falta de lluvias, la mayoría de los productores agrícolas y los ganaderos de casi toda la provincia.
Conversaban en voz alta pues el bochinche musical que reina en esos vehículos del servicio urbano de transporte de pasajeros desbarata cualquier intento de charla coloquial.
Nosotros, que ocupábamos el asiento de atrás, pudimos rescatar varios momentos del diálogo entre los dos amigos mencionados.
--El panorama es desesperante, decía uno de ellos. --Decenas de animales mueren diariamente de sed y de hambre!
--¿De hambre también?
--Claro, pues! La terrible sequía dejó los campos sin pastos. No tienen agua ni forraje! Las pérdidas son enormes!
--Supongo que reciben ayuda del gobierno. Digo, ¿no?
--Sí, aunque tarde se acordaron. Fijate vos, que pocos días antes de saber que desde Buenos Aires autorizaron el envío de 6 mil toneladas de maíz destinadas a los ganaderos perjudicados de Morillo, Santa Victoria Este y Rivadavia Banda Sur, el gobierno del paisano Urtubey decidió asistir a los afectados. Le encargó al ministro de Ambiente y Producción Sustentable, Alfredo de Angelis, que adquiriera 947 toneladas de maíz para ser distribuidas entre los ganaderos que tienen animales en peligro.
Claramente identificado
--¿Cuál de Angelis? ¿El ministro que le alquiló a su propia hermana de él oficinas para instalar en ellas el ministerio a su cargo? ¿Ese? Me acuerdo que fue un escándalo.
--Sí, el mismo es. Y con el maíz se mandó otra hazaña de antología. Te cuento. Sin llamar a licitación pública, como ordena la ley, compró el maíz, pero al doble del precio en plaza!
(Ver ediciones del viernes 23 y de ayer de El Tribuno.)
--No me digás! Qué fabuloso, che!
--Sí. Con dinero de la provincia, es decir, nuestro, pagó $1.600.000,- por una partida que, de acuerdo con los valores de plaza, debió costar, como mucho, 800 mil pesos.
Y vieras vos las excusas y argumentos que usó para justificar el disparate (u otra cosa) que se mandó! Son de película, che!
Y nosotros no pudimos menos que coincidir con lo de fabuloso. Yes, como diría Cristina, un fabuloso orsai.