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Lejos de la inmensidad que uno puede imaginar para este tipo de persona, hablar con la hermana del Papa es como hablar con una vecina de cualquier bonaerense. Atiende el teléfono de su casa, su número figura en la guía, cocina diariamente y está muy dispuesta a charlar, aunque tiene una moderación muy explícita en sus palabras. "Todavía no he podido asimilar la noticia", afirma con voz suave ante una consulta sobre cómo se siente siendo la hermana de unos de los hombres más poderosos del mundo. En una entrevista con El Tribuno a una semana del fin de la gira papal a Río de Janeiro, María Elena Bergoglio sostuvo que en el Vaticano ya "hay indicios de cambios, pero el verdadero cambio se hace con tiempo y no de golpe". Además, dijo no haber visto el afiche de campaña del candidato oficialista Martín Insaurralde con su hermano, y señaló que el cambio de actitud del Gobierno hacia el Sumo Pontífice le dio "esperanza". "La Iglesia se tiene que abrir en su totalidad, si esto lleva a una participación mayor de la mujer, bienvenido sea", concluyó.
¿Qué se siente ser la hermana del Papa?
Yo creo que todavía no he podido asimilar del todo la noticia, aunque es un orgullo tremendo y una gracia de Dios impresionante. Pero creo que me falta tiempo como para poder asimilar esto totalmente.
Su hermano fue elegido Pontífice hace tres meses, ¿ve algún cambio en la Iglesia o aún es prematuro?
No tenemos que correr, tenemos que caminar. Hay sí indicios de cambios, por supuesto, pero el verdadero cambio se hace con tiempo, no de golpe. Por lo tanto, tenemos que ir trabajando despacito para que el cambio en la Iglesia sea real.
¿Usted habló con Francisco luego de su viaje a Brasil?
No.
¿Cada cuánto tiempo habla con él?
No sé, cuando puede él llama: cada diez días, a veces un poco más; depende de cómo él pueda.
¿Se angustió al enterarse de que no vendrá en el corto plazo a la Argentina?
No, no lo tomé de ninguna forma en especial. Me hubiese gustado que viniera, pero si no puede venir tampoco es un desastre. Esperaremos a que pueda hacerlo.
¿Qué pasó por su cabeza cuando vio la conmoción que su hermano causó en Río de Janeiro?
No hay palabras para describirlo. Sin palabras. Fue realmente muy fuerte.
Hay mucha gente que cree que el Papa no podrá hacer un cambio de fondo por la inmensidad que tiene la Iglesia católica, ¿qué opina de eso?
Yo tengo esperanza y creo que, con la ayuda de Dios, Francisco va a poder hacer cambios de fondo. Pero es mi postura y es respetable que los demás también tengan la suya.
El papa dijo que él no era nadie para juzgar a los homosexuales, ¿le sorprendió esa afirmación?
A mí me parecen muy bien esos dichos. La Iglesia tiene que empezar a aceptar a todos.
¿Por qué cree que la Iglesia aún tiene posiciones tan rígidas con algunos sectores?
Porque creo que se puede interpretar mal lo que la Iglesia enseña. Aparte, la Iglesia tiene que ir aggiornándose y modernizándose, no en los temas de dogmas que son sagrados, pero hay otros temas en los que la Iglesia bien puede aggionarse.
Además del tema de la homosexualidad, ¿en qué otros temas debería aggiornarse la Iglesia?
Hay muchos, hay muchos. No es algo solo y simple. Hay mucho para trabajar. Al igual que en el mundo mismo, todos debemos trabajar sobre ciertos cambios que tenemos que darle al mundo.
Francisco habla mucho de la importancia del diálogo, ¿cree que en Argentina en particular y en el mundo en general existe el diálogo suficiente?
No, tenemos que aprender a dialogar: nos falta un montonazo.
La Iglesia católica perdió muchos fieles últimamente, ¿piensa que el estilo distinto de Francisco podrá reconquistarlos o lo que ya se hizo mal les cierra la puerta?
Para empezar, que el de Francisco sea un estilo distinto al de otros papas no significa que la Iglesia haya hecho mal las cosas. Es un estilo distinto, nada más. Ojalá que mucha gente vuelva a la Iglesia, eso se verá con el paso del tiempo.
¿Cómo tomó el cambio de postura del Gobierno nacional con relación a su hermano? Al principio lo cuestionaron y ahora lo apoyan.
Yo creo que todos a través del mensaje del Papa estamos viviendo cambios. Y benditos sean los cambios, por lo tanto me parece bárbaro, me da esperanza.
¿No le parece oportunista el repentino respaldo del Gobierno a Francisco cuando siempre lo calificó como a un opositor?
Uno de los grandes defectos que tenemos es ver el medio vaso vacío y no ver el medio vaso lleno. Yo prefiero conformarme y apuntar a la esperanza en sí. Por lo tanto, no me gusta hacer esos juicios tan terminantes. Yo pienso que todos tenemos cosas que cambiar, cosas que modificar y que se puede hacer.
¿Le molestó ver los afiches del Papa junto al candidato oficialista (Martín Insaurralde) en afiches de campaña?
No lo he visto, así que no puedo opinar de algo que no vi.
Apenas asumió Francisco volvió a hablarse de una eventual complicidad suya con la dictadura y luego el propio Jallics lo desmintió definitivamente, ¿cómo vivió esos rumores?
Yo lo viví con la total y la absoluta tranquilidad de que mi hermano no trabajó con la dictadura, al contrario, ayudó a muchos a salvarse de la dictadura. Por lo tanto, no sentí nada especial.
Con el cambio de perfil del Papa, ¿considera que también debe haber un cambio en el perfil de todos los obispos de la Iglesia?
La Iglesia tiene que cambiar toda, desde el Papa al último miembro de la Iglesia; si no, no es cambio.
¿Uno de esos cambios no podría ser revalorizar el rol de la mujer en la Iglesia?
Solo los hombres pueden transformar-se en la máxima autoridad eclesiástica No sé. No es algo que me cuestiono. La Iglesia se tiene que abrir en su totalidad, si esto lleva a una participación mayor de la mujer, bienvenido sea.