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Entre los escombros del edificio que explotó en Rosario seguían ayer buscando víctimas y removiendo escombros. Los rescatistas trabajan contrarreloj porque alguno de los 12 desaparecidos aún puede estar con vida debajo de las ruinas: un grupo de 25 equipos de expertos en catástrofes trabaja en la zona con la prioridad de encontrar a esas personas y realizar un informe técnico sobre la seguridad de las edificaciones afectadas. Perros adiestrados los ayudan.
El día después de la violenta explosión que tiró abajo buena parte de un edificio de 62 departamentos, mató a 10 personas e hirió a más de 60 seguía siendo desgarrador. Fachadas de cemento desprendidas de cuajo, hierros retorcidos, pertenencias personales desparramadas, personas desoladas, completaban el escenario provocado por una pérdida de gas varias veces denunciada. Se supo que en el allanamiento realizado a Litoral Gas se secuestró documentación de llamadas realizadas por un escape de gas el 25 y 26 de julio y días atrás, el 2 de agosto.
En medio de la visita que realizó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al lugar, y del mensaje que el papa Francisco envió a los rosarinos, se supo que dos hombres fueron detenidos en la causa caratulada como “estrago culposo”, delito para el que la ley contempla penas que van de un mes a cinco años de prisión. Juan Carlos Curto, juez Correccional, dispuso la detención del gasista Carlos García y de su asistente, ya que -de acuerdo a las declaraciones del portero del edificio- ambos estuvieron trabajando esa mañana en el cambio de un regulador.
“El (por el gasista) vino a cambiar el regulador de gas, él cometió un error grave, se subió a la chata y se fue”, aseguró Pedro, el portero, en un breve contacto con la prensa. El abogado de García, acusado de “estrago doloso”, dice que su defendido es un “chivo expiatorio”.
La búsqueda
Las tareas de remoción de escombros se detienen periódicamente para dar lugar a las ecosondas, que registran todo tipo de sonidos para tener indicios de que puede haber sobrevivientes.
La Municipalidad de Rosario informó que las dos torres que aún permanecen en pie siguen en riesgo de derrumbe, por lo que se analiza la necesidad de demolerlas. La zona permanece acordonada.