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Bullying: los adultos pierden autoridad

Sabado, 14 de septiembre de 2013 01:08
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El concepto de bullying fue acuñado en el contexto de investigaciones efectuadas en Noruega a partir de la constatación de tres suicidios de estudiantes adolescentes, muy difundidas por la prensa pero poco consideradas por los docentes de las escuelas a las que acudían.

Tanto en la investigación psiquiátrica original como en los estudios posteriores desarrollados en los últimos veinte años los resultados muestran que el bullying es síntoma muy focalizado y con una existencia más bien acotada a una población escolar muy minoritaria.

El bullying es un objeto de estudio científico, que seguramente presentará sus controversias epistemológicas, teóricas y hasta es posible advertir ciertos sesgos ideológicos en algunas caracterizaciones. Hay un uso más fuerte del término bullying por parte de la opinión pública. En los medios, en las redes sociales y en las escuelas se denomina bullying a conductas que no son científicamente bullying pero... ¿a quién le importa?

El bullying vino a ocupar un lugar central en la identificación de buena parte las acciones agresivas y violentas que suceden en la escuela frente a estudiantes, y eso es lo que importa.

Lo que la investigación psiquiátrica o psicosocial denomina "bullying" poco tiene que ver con la caracterización difundida en el sistema educativo y en los medios, donde el mismo concepto se aplica a muchísimas otras situaciones que para los investigadores no son estrictamente bullying. De esta manera, el bullying de la psicología social y de la psiquiatría abrió paso al bullying de la televisión, de la web y de las escuelas, donde casi cualquier forma de presión o violencia sobre alguien bien puede aparecer como bullying. Más todavía, se incluyen como bullyingconductas que anteriormente se denominaban "racismo", "clasismo", "antisemitismo", "sexismo" discriminación a las personas discapacitadas, etc, y la investigación académica viene mostrando fuerte asociación entre bullying y discriminación racial y étnica.

¿Por qué bullying? Es evidente que el fantasma de la desprotección y la inseguridad crece entre muchos alumnos y que en altos porcentajes se sienten indefensos respecto de lo que otros pares les hacen o les podrían llegar a hacer para perjudicarlos. Falta un elemento clave que no ha aparecido ni en las explicaciones científicas ni en las versiones de la opinión pública y la Internet: el adulto; en este caso, el docente.

El bullying es cosa de pares y parece sucederse cotidianamente sino con la anuencia pasiva, al menos con la indiferencia, la ignorancia y, hasta podríamos arriesgar, la impotencia de los adultos.

Este dato no es menor: el docente aparece al margen del bullying como si apenas fuese responsable de su existencia y no necesariamente dispuesto a la posibilidad de su disipación. Este punto es central en nuestra interpretación: el bullying de las redes sociales, de las escuelas, de los medios (es decir, el bullying de la realidad de la vida cotidiana y no el de las investigaciones psicológicas) parece una consecuencia del corrimiento del lugar del docente como lugar de la autoridad adulta y la desaparición de la idea de indisciplina: mientras esta era un efecto de conductas de alumnos irrecuperables o, en la mayoría de los casos, de un mal docente, el bullying es la generalización de las conductas reprochables que emergen y se reproducen frente a la incapacidad adulta.de evitarlas o contrarrestarlas.

Mientras en la escuela gobernada por adultos las conductas violentas de los chicos y adolescentes habrían de ser corregidas ("educadas") por los adultos, en las actuales escuelas de autoridad adulta diluida (o virtualmente disuelta) la aparición de estas prácticas dispensa de los docentes para su existencia y, muchas veces, también para su eliminación: la autoridad adulta del docente aparece apenas en los consejos, las comunidades, los grupos terapéuticos. En nuestra época, la indisciplina evoca la autoridad y la autoridad evoca el ser adulto: todo demasiado pesado y un tanto demodée. La ausencia de adulto desprotege a la infancia ya a la adolescencia y esto naturalmente causa inseguridad, temor. No hay indisciplina ya que no se trata de situaciones que a los adultos se les han ido de las manos: directamente no hay manos adultas.

 

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