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La situación imperante en Medio Oriente ha sido tema reiterado de esta columna. Se presentó al lector una visión basada en fuentes distintas a la uniforme prensa occidental. Hoy casi toda ella confluye en una información globalizada en la que ya no es posible disimular falsedades y mentiras.
El rostro de la verdad avanza cada día con más nitidez.
Es oportuno reproducir el último mensaje del presidente Vladimir Putin, receptado y publicado por el New York Time, como contestación al discurso de Obama del día martes 10 de setiembre pasado.
“El posible ataque de EEUU contra Siria, pese a la fuerte oposición de muchos países y de los principales líderes políticos y religiosos, incluido el Papa, dará lugar a más víctimas inocentes y a una escalada, extendiendo el conflicto más allá de las fronteras de Siria. Un ataque aumentaría la violencia y desencadenaría una nueva ola de terrorismo. Podría socavar los esfuerzos multilaterales para resolver el problema nuclear de Irán y el conflicto palestino-israelí y desestabilizar aún más Medio Oriente y el Norte de África. Podría romper el equilibrio del sistema del derecho internacional y el orden”.
“Millones de personas en todo el mundo ven más y más a EEUU no como un modelo de democracia, sino que ven que confía únicamente en la fuerza bruta, formando coaliciones bajo el lema: -o estás con nosotros o contra nosotros-“
“Los mercenarios de los países árabes que luchan allí y cientos de milicianos de países occidentales, e incluso de Rusia, son para nosotros un motivo de profunda preocupación. ¿No volverán ellos a nuestros países con la experiencia adquirida en Siria?. Esto nos amenaza a todos.
Este conflicto interno, alimentado por las armas extranjeras suministradas a la oposición es uno de los más sangrientos del mundo.”
“Estudié detalladamente su discurso a la nación- del martes. Y quiero decir que estoy en desacuerdo con el énfasis que hizo en la excepcionalidad estadounidense, afirmando que la política de EEUU es: "Lo que hace diferente a los EEUU. es lo que nos hace excepcionales'. Es extremadamente peligroso animar a la gente a verse como algo excepcional, sea cual sea la motivación. Hay países grandes y países pequeños, ricos y pobres, los que tienen una larga tradición democrática y aquellos que todavía están buscando su camino a la democracia. Sus políticas son diferentes, también”. “Todos somos diferentes, pero cuando pedimos las bendiciones del Señor, no debemos olvidar que: Dios nos creó a todos iguales.”