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* Por José María Macera, Economista, presidente de Desdelsur SA
A partir del año 2008, como consecuencia de una medida cautelar impuesta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, posteriormente, a partir de las regulaciones vinculadas al ordenamiento del bosque nativo surgidas de la Ley 7543 de la Provincia de Salta, se detuvo primero y se limitó enormemente después el proceso de incorporación de áreas a la producción agropecuaria.
Esta situación, que resulta aplicable a buena parte del territorio provincial, tiene especial impacto en el norte salteño, atento su enorme potencial productivo y su imperiosa necesidad de desarrollo.
Se han expresado con frecuencia las razones que dieron fundamento a estas decisiones: biodiversidad, servicios ambientales, desarrollo del ecoturismo, subsistencia de comunidades rurales, etc.
Desarrollo sustentable
Creemos que sin soslayar estas cuestiones inobjetables, es posible un desarrollo sustentable con compromiso ambiental, responsabilidad social y progreso económico. Entendemos que en esta línea se está avanzando hoy, con amplio consenso de la comunidad, los especialistas y el propio Estado. Proponemos entonces imaginar qué hubiera ocurrido en el período 2009-2012 si la prohibición no hubiera estado vigente :
Podrían haberse incorporado, como mínimo, 30.000 hectáreas por año, durante estos últimos cuatro años, lo que supone que podrían haberse sembrado 30 mil hectáreas en el primer año, 60 mil en el segundo, 90 mil en el tercero y 120 mil en el cuarto año. En total, 300 mil hectáreas de cultivos agrícolas en cuatro años.
- Tomando los cultivos principales del Departamento San Martín, la mitad de esa superficie podría haberse destinado al cultivo de soja y la otra mitad a poroto.
- De haberse hecho, podrían haberse cosechado 405 mil toneladas más de soja, por un valor de 101.250.000 de dólares y 180 mil toneladas de poroto, por 144.000.000 de dólares.
- A valores de exportación se hubieran generado al país ingresos adicionales por 394.200.000 dólares y se hubieran recaudado impuestos por valor de 132.890.000 dólares.
Empleo en zona crítica
Considerando la importancia que tiene la demanda de mano de obra en el norte de la provincia, es interesante cuantificar la creación de empleo derivada de esta producción. La continuidad del avance agropecuario hubiera permitido ampliar el empleo directo y desembolsar 195 mil jornales más por la actividad sobre las 150 mil hectáreas de soja y 780.000 jornales por la producción de igual superficie de poroto. Al mismo tiempo se hubieran liquidado cerca de 300 mil jornales más a trabajadores contratados. Si, además, se computan los empleos potenciales por manipuleo y transporte, resulta que esas 300 mil hectáreas que no se incorporaron a la producción hubieran generado casi 1.320.000 jornales en el norte salteño.
Estos jornales generados durante cuatro años de producción agrícola resultan equivalentes a 1.319 empleos anuales a tiempo completo. Una vez alcanzada la superficie total de 120 mil hectáreas, el empleo permanente alcanzaría a 2.110 trabajadores.
Este cálculo incluye ingenieros, contadores, técnicos, mecánicos, tractoristas, choferes, peones, etc. No estamos incorporando en esta proyección el empleo adicional vinculado al agregado de valor en origen (plantas procesadoras, aceiteras, elaboradoras de alimentos balanceados, etc.) ni la creación de microemprendimientos vinculados a la actividad principal .
El efecto multiplicador
Este empleo directo impacta positivamente en la cadena de gasto de las comunidades, pueblos y ciudades adyacentes al área de producción, lo que resulta nuevamente un factor adicional de demanda de mano de obra. Este efecto, conocido como “multiplicador del empleo” debería, como mínimo, duplicar la generación original de trabajo : 4.220 puestos de trabajo.
Si cada empleo sostiene un grupo familiar de 4 personas, estas 120.000 hectáreas que aún no han entrado en producción, deberían estar dando sustento a 16.880 personas.
El mundo abre posibilidades para Salta
La prohibición de efectuar talas y desmontes, dispuesta por la Suprema Corte, y el ordenamiento territorial ordenado por la provincia impidieron continuar con la incorporación de tierras a la actividad productiva.
No se trata de un avance sobre tierras de pueblos originarios,como suele afirmarse, ni tampoco de una depredación, ya que el principal factor de la degradación del bosque nativo es el pastoreo sin manejo y la extracción sin control de madera.
Para la provincia de Salta, donde el desempleo -admitido o encubierto- merodea el 50 por ciento, y el trabajo en negro parece consolidado, el avance agropecuario es vital. El mundo necesita cada vez más alimentos y la Argentina tiene la posibilidad de ofrecerlos si desarrolla las áreas marginales, como las que abundan en Salta, para producir carnes y granos (NdelaR).