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El todavía no destituido presidente del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (Ippis), Enrique Arello, presentó el jueves una denuncia contra los vocales del organismo Miguel Siares, Juan Vega y Juan González por “usurpación de título” al extraer dinero “sin autorización”.
Seis de los nueve vocales aborígenes del organismo, representantes de las distintas etnias de la Provincia, determinaron la semana pasada destituir al actual presidente de sus funciones y el miércoles retiraron de la cuenta del Ippis en el Banco Macro, unos $20.000 que estaban destinados a comedores sociales. La denuncia quedó registrada en la fiscalía penal N§6, con la carátula de “defraudación”
Arello le había dicho a El Tribuno que no existen herramientas legales dentro de la ley que rige el organismo para destituirlo de la presidencia y acusó al expresidente, Indalecio Calermo, de comandar “un atentado” institucional.
“Hasta que no exista una destitución oficial, con la firma de un juez o del gobernador, yo sigo siendo el presidente del Ippis. No es válido lo que buscan hacer los vocales liderados por Calermo. Es algo contra la ley, inconstitucional. Pienso que tienen padrinos políticos para poder manejarse de esa forma, con total impunidad. Pero se están equivocando, porque esto no es contra Enrique Arello, sino contra las comunidades originarias y contra los hermanos que viven en la miseria culpa de algunos dirigentes que no les llevan soluciones desde hace años”, dijo Arello en diálogo con El Tribuno.
“Los que intentan destituirme retiraron de la cuenta del Ippis en el Banco Macro $20.000 que eran para los comedores sociales ¿Cómo hicieron para retirar la plata? Eso no es válido y es usurpación de título”, reclamó Arello. Los vocales Miguel Siares y Juan González fueron elegidos vocal y presidente, respectivamente, por los dirigentes que buscan acortar el mandato de Enrique Arello, estipulado hasta el 24 de enero de 2015.
El miércoles, según una nota enviada a la entidad bancaria a la que tuvo acceso El Tribuno, se retiraron de la cuenta 3-100-000743107823-3 la suma de $20.000. Arello sostiene que el banco no pudo haber entregado la plata a alguien que no sea el presidente.
“Vengo a informar que esta institución no sufrió modificaciones en su designación de autoridades, ratificando lo establecido en el acta de Escribanía de Gobierno que me designa como presidente y representante legal...Por lo tanto, cualquier modificación recibida debería haber sido por idéntico instrumento para su validez”, dice la nota enviada al Macro.
Las polémicas casas de madera
Enrique Arello despertó tras el intento por destituirlo una vieja polémica: las casillas de madera. Gracias a eso, Indalecio Calermo había obtenido fama nacional en noviembre de 2012, cuando la señal de noticias TN le mostró a todo el país las precarias casas de madera que construyó en Santa Victoria Este, desde su presidencia en el Ippis. Las viviendas mostraron ser inhabitables, no solo por los testimonios de los “beneficiados”, sino porque la mayoría ya no se encuentran de pie o nunca fueron terminadas, como las de Misión Anglicana, en Santa María, Santa Victoria Este.
Según le dijo Calermo a El Tribuno en su momento, las casas tuvieron un costo aproximado de $18.000 cada una. Carecen de agua y baños. La lluvia, el viento y la tierra se filtran por todos los espacios. De acuerdo al convenio de noviembre de 2011 con el Ministerio de Desarrollo Humano de ese momento, se dispuso la creación de 200 casas de madera.
Aunque el Ippis cobró hasta la última cuota por el costo de las precarias viviendas, la mayoría de las casas no se terminaron, se cayeron, no sirven o nunca llegaron. Para las 200 viviendas se habrían pagado cerca de $3.600.000. Estaban destinadas a algunas de las poblaciones más vulnerables de la Argentina.
“Calermo no entregó jamás ni una casa terminada y ustedes lo pueden verificar con la precarias casillas de madera que pusieron en el norte, donde no se terminó una sola vivienda y ya se cobró la última cuota. Sería bueno que se haga la auditoría sobre todas las obras que tuvo algo que ver el Ippis. La última cuota que se le pagó a Calermo por estas casillas de madera que nunca se terminaron fue de $390.000 ¿Y dónde está esa plata? Esas casas no se van a terminar nunca, porque los pagos ya se cancelaron, sin embargo la gente no puede vivir en ellas. Eso lo cobró el presidente anterior de la cuenta bancaria del Ippis. Lo mismo se puede decir de las 101 viviendas de la Fundación Gaucho que están sin terminar pero ya se gastaron toda la plata”, denunció Enrique Arello, el actual presidente del organismo aborigen.