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Para vecinos de Santa Victoria Oeste, el tema todavía “no está cerrado”

Jueves, 15 de mayo de 2014 01:27

“Acá no pasó nada”, parece ser la estrategia oficial sobre la situación en el Abra de Santa Cruz, departamento de Santa Victoria Oeste. Pero lo que pasó fue que desde el 28 de noviembre último, tras la instalación de un nuevo hito que alteró el criterio de demarcación de los límites, unas 17 familias salteñas quedaron viviendo en territorio boliviano por primera vez en la historia. Curiosamente, esta información nunca se publicó para lo opinión pública en el parte de prensa titulado: “Autoridades de Salta y Bolivia verificaron en Abra de Santa Cruz que no existen diferendos limítrofes”. Fue ese abrupto traspaso de un país a otro el que originó un conflicto entre los habitantes del lugar, que habían pedido de manera unánime el 17 de febrero que se respete el límite como lo habían hecho desde hace generaciones los ancestros argentinos de la zona. Lo mismo para el propio Estado argentino, que fue el que atendió y documentó históricamente a esos vecinos, muchos de los cuales hicieron el servicio militar en las Fuerzas Armadas Argentinas.

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“Acá no pasó nada”, parece ser la estrategia oficial sobre la situación en el Abra de Santa Cruz, departamento de Santa Victoria Oeste. Pero lo que pasó fue que desde el 28 de noviembre último, tras la instalación de un nuevo hito que alteró el criterio de demarcación de los límites, unas 17 familias salteñas quedaron viviendo en territorio boliviano por primera vez en la historia. Curiosamente, esta información nunca se publicó para lo opinión pública en el parte de prensa titulado: “Autoridades de Salta y Bolivia verificaron en Abra de Santa Cruz que no existen diferendos limítrofes”. Fue ese abrupto traspaso de un país a otro el que originó un conflicto entre los habitantes del lugar, que habían pedido de manera unánime el 17 de febrero que se respete el límite como lo habían hecho desde hace generaciones los ancestros argentinos de la zona. Lo mismo para el propio Estado argentino, que fue el que atendió y documentó históricamente a esos vecinos, muchos de los cuales hicieron el servicio militar en las Fuerzas Armadas Argentinas.

El Gobierno de la Provincia, después de su visita al lugar, sostuvo que las familias afectadas están conformes con la situación que los dejó viviendo en el extranjero. Pero para los vecinos de Santa Victoria Oeste el tema no está cerrado. “La situación en paraje Abra de Santa Cruz está tranquila y en la zona no hay ningún tipo de problema social ni limítrofe”, dijo el gobernador Juan Manuel Urtubey en su paso por la zona, según consignó un parte de prensa oficial.

La única vecina afectada que dijo estar conforme ese día fue Alejandra Subelza, que pasó por las cámaras de los medios que el Gobierno llevó hasta el Abra de Santa Cruz a mediados de abril. La lugareña es empleada pública y junto a su marido, el concejal oficialista Fernando Subelza, apoya al intendente de Santa Victoria Oeste, Cástulo Yanque, que según el jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, fue el que pidió la instalación del nuevo hito que significó la pérdida de alrededor de 600 hectáreas de territorio argentino.

“Había algunos temores de que podrían sacarlos del lugar donde estaban. Pero eso fue totalmente aclarado... Nosotros trabajamos acá, mucho más que otra cosa, en la integración de los pueblos. Muchas veces estas cosas son artificiales. Más de afuera, que de la gente que vive en el lugar...Hablamos con los propios vecinos. Gente que no es de la propia Abra de Santa Cruz estaba más preocupada que los que están acá, pero bueno, es legítimo que así sea”, aseguró el máximo mandatario salteño cuando estuvo en el hito que apartó del territorio argentino un área de alrededor de 600 hectáreas.

Pero eso no es lo que piensan Natividad Luna, Valeriana Subelza, Avelina Portal, Rómulo Lara, Alfonso Camperos, Norberto Santos Castillo y Santos Peloc, que tienen derechos sobre tierras que quedaron en Bolivia, igual que la puntera política Alejandra Subelza. Ellos, como se comprueba con los testimonios audiovisuales que ya publicó El Tribuno, ratificaron sus intenciones de seguir perteneciendo a la Argentina. Sin embargo, sus voces no rebotaron en los medios de comunicación oficialistas. Lo mismo se decía el acta del 17 de febrero último donde la mayoría de las familias afectadas pidieron seguir perteneciendo a la Argentina.

Norberto Santos Castillo tiene 43 años y cuatro hijos. Las tierras de su mujer, Mercedes Martínez, quedaron en Bolivia desde el 28 de noviembre. En la reunión de abril, donde estaban las autoridades de los dos países, pidió la palabra y mirando al gobernador salteño dijo: “La comunidad del Abra de Santa Cruz está en la Argentina. Tiene ese nombre por el abra de Santa Cruz, que ahora quedó en Bolivia. Allá le dicen Abra de Rejará y para nosotros es Abra de Santa Cruz... No encuentro mejor prueba que esta para demostrar que el límite corría por el abra, como fue desde siempre. Esa es el Abra de Santa Cruz, como le pusieron los abuelos. Ahora ¿cómo se va a llamar este lugar si el abra queda en Bolivia?”, expuso.

“No quiero andar metiéndole miedo a la gente. Nadie se va a quedar con nada. Los argentinos se van a quedar con lo que es de Argentina y los bolivianos con lo que es de Bolivia. No nos vamos a pelear entre nosotros y mucho menos entre hermanos...Yo no voy a cerrar esta escuela para los que tienen documentos bolivianos. Van a seguir viniendo a la escuela. Y si del otro lado tienen algo que nosotros no tenemos, también lo vamos a poder usar nosotros. Nadie va andar echando a nadie. Somos dos pueblos hermanos. Acá no va a cambiar absolutamente nada. Va ser todo como cuando estaban sus abuelos, sus bisabuelos, no habrá ninguna modificación”, dijo el Gobernador en la escuela Frontera Argentina del Abra de Santa Cruz, accidente geográfico que dio nombre al lugar y ahora es parte de Bolivia.

Momentos más tarde, Urtubey, dio a entender que los disconformes con la situación eran “de afuera”. Pero los que expresaron su descontento en la visita de las autoridades no eran llegados del extranjero. Se trataba, en su mayoría, de vecinos de Santa Victoria Oeste. Algunos de ellos tienen legítimos derechos sobre esas tierras, como Norberto Santos Castillo, que conoció esos campos como argentinos y lo mismo escuchó de sus abuelos.

Pero las autoridades prestaron más atención a la opinión de Alejandra Subelza, que no es compartida por la totalidad de las 17 familias afectadas y mucho menos por los vecinos del municipio que se acercaron a defender esas tierras como salteñas en la reunión de abril pasado.

Gente “censada en la Argentina”
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“Yo creo que acá hay un conflicto limítrofe. Realmente no se está respetando como antiguamente era, donde el contorno (el límite) iba por el filo de los cerros”, sostuvo en la reunión del hito Carlos Apasa. 
“Yo tenía a mi padrino ahí. El agua aparta. Para acá es Argentina y para allá es Bolivia. El abra es el límite, porque ahí nace el agua que cae para el lado argentino”, opinó también doña María Salomé Luna, de 64 años. Carlos Alarcón, de 50 años, es de Santa Cruz y durante años trabajó como agente sanitario en la zona del abra, hoy en territorio boliviano. 
“Yo hice el Censo en 2001 en ese sector. El coordinador era Roberto Tapia y yo censé todas esas casas que hoy están para el otro lado. Toda la gente estaba censada para la Argentina... Yo creo que al final no se solucionó nada. Todo quedó bastante pendiente, porque anteriormente se respetaba el límite por donde nacía el cauce del río, que era todo Argentina”, le dijo a El Tribuno.
“Antes, cuando era un changuito de 12 o 13 años, me criaba ahí pastoreando ovejas. Yo sabía que se respetaba el límite por el abra. Ahí había una apacheta como mojón, que se respetaba como límite, que va por donde corre el agua para este lado y del abra para allá se cae el agua para Bolivia. Así se respetaba. Ahí era el límite, ahí lo conocí. Ahora dicen que vamos a perder toda esta parte. Bueno ¿Qué le vamos a hacer? Creo que la reunión estuvo un poco mal, porque nosotros al límite lo hemos conocido arriba. Lo que han planteado, que la línea recta es por acá abajo, no era así. Yo nunca lo conocí al límite acá abajo”, opinó por su parte Guadalupe Campero, de 60 años. 

Quiere pertenecer a Bolivia

Según los “comunarios”, Alejandra Subelza, asistió por primera vez a las reuniones por la demarcación de los límites el 17 de marzo último. Lo mismo se puede constatar en las actas de la comunidad. En esa reunión dijo que “convenía ser de Bolivia para cobrar planes sociales en los dos países” y que “ya es tarde para volver a ser de la Argentina”, porque “se iban a ofender los hermanos bolivianos, que van a traer todos los servicios”. 

“Todavía no hay una solución”

Elpidio Carrazana, por ejemplo, tampoco es “de afuera”. Es el representante de la comunidad argentina colla del Abra de Santa Cruz ante el Consejo de Participación Indígena ante el Estado nacional. “No hay solución. Yo digo claramente que esto no está cerrado. Ellos ya están hablando y tomando decisiones como si acá no pasara nada, pero no hay ninguna solución. Son soluciones políticas, para ellos, pero no para la vida comunitaria de los pueblos. Están rompiendo la vida comunitaria, en este caso de una comunidad argentina”, le dijo a El Tribuno.
Antes había pedido la palabra en la escuela Frontera Argentina, donde desmintió al gobernador salteño, que había asegurado estar trabajando en conjunto con las comunidades originarias. 

“Qué lindo sería, como dijo el gobernador, que estuviéramos trabajando conjuntamente. Yo en mi persona, como ser humano, como representante de las comunidades de Santa Victoria Oeste, no siento que estemos trabajando de forma conjunta. Si hubiéramos trabajado en conjunto ya nos hubiésemos sentado con todos los ministerios para solucionar esta problemática. Ojalá que se dé de esa manera, para ofrecer un buen arreglo. Así como nosotros respetamos al señor gobernador y al señor intendente, ustedes nos tienen que respetar a nosotros, que somos legítimos representantes de estos pueblos originarios de Santa Victoria Oeste”, reprochó ese día Elpidio Carrazana, que vive en el municipio.

“Muchos de esos terrenos fueron comprados a los dueños de antes. Los vendieron los antiguos dueños, que son de la Argentina. Si hubiera sido tierra boliviana la hubieran vendido los de Bolivia, pero no señor, porque eso siempre fue Argentina. Hay gente que pagó por sus terrenitos. Los límites siempre fueron por los cerros. Antes de comprar esas tierritas la gente tenía que pagar el arriendo a la familia Campero, que eran los antiguos dueños argentinos, y así fue toda la vida. 
Si no fuera parte de Salta, el arriendo y el pastoreo los tendrían que haber cobrado los hermanos bolivianos, por eso digo que es todo inventado. Me parece absurdo que ahora digan que eso es Bolivia, siendo que la gente siempre pagó el arriendo en la finca argentina. Esa es mi disconformidad”, agregó Norberto Santos Castillo, que además de contar con tierras de su mujer en el lugar afectado, también es “comunario” de la localidad vecina de Santa Cruz.

LOS TESTIMONIOS

“Lo que han planteado, que la línea recta es por acá abajo, no era así antiguamente. Yo nunca lo conocí al límite acá abajo como dicen, siempre fue por el abra”.

Guadalupe Campero: “Ahora dicen que vamos a perder toda esta parte. Bueno ¿Qué le vamos a hacer? Creo que la reunión estuvo un poco mal, porque nosotros al límite lo hemos conocido arriba”.

Norberto Santos Castillo: “Me parece absurdo que ahora digan que eso es Bolivia, siendo que la gente siempre pagó el arriendo en la Argentina. Por eso estoy disconforme”.

“La comunidad del Abra de Santa Cruz tiene ese nombre por el abra que ahora quedó en Bolivia. Allá le dicen Abra de Rejará y para nosotros es Abra de Santa Cruz”.
 

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