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Cuenta la leyenda que Numa Pompilio, sucesor y segundo rey de Roma, y Julio César, dictador del Imperio Romano, fueron los primeros en nacer mediante una cesárea. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta hipótesis está desechada, porque en aquella época ninguna mujer sobrevivía a una intervención quirúrgica y se sabe históricamente que la madre del emperador murió a los 46 años de edad.
Pero hoy la situación es totalmente distinta y muchos bebés llegan al mundo por cesárea. De hecho, según el último informe Estado Mundial de la Infancia de Unicef, entre 2006 y 2010 el 38% de los nacimientos se realizaron por esa vía.
Asimismo, América Latina es la región donde más cesáreas se realizan. La Organización Mundial de la Salud recomienda que sólo un 15% de los nacimientos sea por cesáreas pero en las mutuales el 45% nace por este método, y en los hospitales la cifra es del 24% (datos de fines de 2012).
Las indicaciones más frecuentes por las cuales se realiza una cesárea son: deterioro de la unidad feto-
placentaria, falla de progreso del trabajo de parto, cicatriz de cesárea previa, entre otras.
Es decir que a veces las cesáreas son médicamente necesarias, lo que significa que la vida de la madre o su feto podrían estar en peligro si tienen un nacimiento vaginal. Pero en varios estudios se encontró que los nacimientos quirúrgicos también se realizan para embarazos de bajo riesgo, por un acuerdo entre médico y paciente.
Recomendación médica
Respecto de cuál es la recomendación médica para aquellas mujeres que deseen optar por un parto vía vaginal, la médica ginecóloga y obstetra Bernardita Donoso comenta que ello dependerá de cuántos hijos desea tener cada paciente. “Si me dicen "éste será mi segundo bebé y el último', a lo mejor se justifica tener otra cesárea, pero si es una mamá que quiere tener varios niños obviamente que teniendo un parto disminuye los riesgos para embarazos posteriores”, explica.
Las condiciones ideales para que el parto sea normal es que el bebé esté en posición de cabeza; que su peso máximo sea entre tres kilos 800 gramos y cuatro kilos, y -la más importante- que el trabajo de parto comience espontáneamente.
Asimismo, el parto vía vaginal tiene varios beneficios como que la recuperación de la madre es más rápida y menos dolorosa; disminuyen las complicaciones en partos próximos; la mujer sufre menos riesgos de una eventual rotura de útero; y tiene menos probabilidad de tener depresión postparto.
Si la opción para que nazca un hijo es mediante una cesárea, los cuidados a considerar, a partir de que el intestino se paraliza por un período variable, son de no hablar el primer día, es discutible pero es recomendable no hablar con exceso las primeras 24 horas y mantener una alimentación liviana durante los primeros días. La recuperación de una cesárea es tan dolorosa como la del parto vaginal, pero con más puntos. La herida es mayor y más profunda, así que requiere más cuidados y más cautela. Al cabo de una semana o 10 días, en principio, la madre ya se encontrará recuperada.
El aumento de la edad de la madre hace que muchos cuerpos no estén preparados para el parto vaginal y recurran a una cesárea. A partir de los 40, las tasas de partos prematuros y de sufrimiento fetal se duplican. Aumenta también la diabetes, la hipertensión arterial, lo que provoca que el 60% de las madres mayores de 40 necesite una cesárea.
Derribando algunos mitos
Los mitos y las creencias rondan la práctica de la cesárea. Se dice, por ejemplo, que si una mujer tiene un hijo por cesárea, los demás deben nacer mediante el mismo método. Sin embargo, no es así y en realidad lo que se recomienda es que la mujer, una vez informada, tome ella misma la decisión de cómo será su parto. Pero este no es el único mito al respecto, por lo que la médica ginecóloga y obstetra Bernardita Donoso, desacredita algunos otros:
* No se deben realizar más de tres: Se solía pensar que con una cicatriz en el útero, el riesgo de rotura uterina era muy alto. Luego de varios estudios, se llegó a la conclusión que el peligro es sólo de un 0,8%.
* Hay que esperar hasta las 39 semanas de embarazo: La norma es esperar hasta las 40 semanas.
* Una pelvis estrecha sólo permite cesárea: Muchas pacientes quedan con la sensación de que si la primera vez no les resultó un parto, es porque su pelvis no se los permitió o que su útero tenía problemas, cuando la mayoría de las veces, salvo excepciones, es perfectamente posible.
* Si se rompe la bolsa, hay que realizar cesárea: Ello va a depender de la dilatación del cuello uterino con que llegue la madre.