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Juan Carlos de Borbón, el rey que condujo España de la dictadura a la democracia, anunció ayer la abdicación en su hijo Felipe de Borbón, en un inesperado relevo que pretende inyectar aire fresco a los desafíos que enfrenta el país.
El histórico anuncio lo realizó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Horas después, Juan Carlos, dijo que cede el testigo a una nueva generación y desvinculó la abdicación de cualquier problema político o de salud.
“Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando”, dijo el rey en un breve mensaje televisado a la nación.
“Mi hijo Felipe, heredero de la corona, encarna la estabilidad”, añadió.
Juan Carlos destacó la “madurez y la preparación” de su hijo e insistió en la necesidad de emprender reformas que permitan “abrir una nueva etapa de esperanza”. Mensajes de cambio que, según algunos analistas, responden a los desafíos que la crisis económica ha abierto en España, donde gran parte de la sociedad entiende que el modelo constitucional surgido tras la muerte de Francisco Franco en 1975 está agotado.
Cambios pendientes
España está obligada a cambiar su Constitución, que todavía prima al varón sobre la mujer en la línea de sucesión al trono, para garantizar que la hija mayor de Felipe, la infanta Leonor, sea heredera. Y no se descarta que esa excusa permita un debate más amplio para abordar cuestiones tan críticas como el referendo independentista catalán y el nacionalismo vasco, como pide el opositor Partido Socialista desde hace meses.
“La abdicación favorece el debate sobre la posible reforma de la Constitución. Pero no creo que se produzca a corto plazo”, señaló Antonio Barroso, analista de riesgos de la firma Teneo Intelligence en Londres. “Los grandes partidos podrían acordar un nuevo encaje de Cataluña en España, pero a largo plazo”, agregó.
Artur Mas, presidente del Gobierno catalán, aseguró que “hay cambio de rey en España, pero el proceso (catalán) sigue adelante. En eso no hay cambios”, dijo Mas.
Rajoy convocó a un Consejo de Ministros extraordinario para hoy para abordar una sucesión inédita en la historia de España. La Constitución establece que el Parlamento es el encargado de proclamar al nuevo rey. El jefe del Gobierno espera que el proceso culmine en un “plazo breve”, probablemente antes de fin de mes, y afirmó que Felipe es “sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la altura de las expectativas”.
“Estoy seguro de que los españoles sabremos escribir una nueva página de nuestra historia, con clima sereno, con tranquilidad y agradecimiento a la figura de su majestad el rey”, dijo Rajoy. La imagen del monarca firmando el documento en su despacho del Palacio de la Zarzuela fue distribuida por la Casa Real para inmortalizar el momento.
La abdicación se produce en un momento especialmente delicado para España y también para la monarquía, afectada por el escándalo de corrupción que salpica a la hija del rey, la infanta Cristina.