Entre la despreocupación por buscarla yla inseguridad

La frontera norte se cobró otra víctima, como tantas veces ha ocurrido en los últimos años en una zona convertida en tierra de nadie producto de la inseguridad. Desde que la Nación restringió la custodia de la caliente frontera con el retiro del número de efectivos de la Gendarmería y la Policía de la Provincia no cuenta con la cantidad necesaria de personal para garantizar la paz social, los crímenes atroces se han convertido en moneda corriente.

En el caso que nos ocupa, son numerosas las quejas de padres acerca de la despreocupación que impera cuando denuncian casos de desaparición de algún integrante de la familia. Días pasados, Alejandra Mercado relató a los medios su impotencia por la desaparición de su hija de 16 años, hace cinco meses, sin que hasta el momento nada se sepa de su paradero. "Siento que la Policía nunca la buscó a pesar de haber aportado datos de la persona que la llevó", expresó con dolor la mujer.

La misma sensación siente hoy la familia Antelo que había denunciado la desaparición de Abigail el 25 de agosto pasado. En su exposición la madre había dejado asentado que la chica le había manifestado que estaba siendo acosado por en un auto azul. Días después dieron cuenta que un taxista vio cuando la jovencita abordó un vehículo de esas características. María Galarza relató a El Tribuno que eso ocurrió aquel día cuando su hija regresaba de Pocitos Boliviano a donde se trasladó para comprar una remera. Dijo que su profesora de danzas conversó con ella en la feria y que un bagayero la vio cruzar el puente internacional, ya de retorno a Salvador Mazza. Todo indica, entonces, que Abigail, fue raptada en el pueblo y que estuvo cautiva dos o tres días. Luego la condujeron al vecino país por la zona de El Chorro, un lugar de paso de narcos y contrabandistas, donde no hay ningún control. Las hipótesis cierran, pues la autopsia determinó que la muerte databa de 4 a 5 días. Con estos datos, es evidente que no hubo interés en buscarla. En el lugar donde apareció el cuerpo hallaron una piedra de gran porte con manchas de sangre. Las lesiones en el rostro y otras partes del cráneo confirman que la mataron a golpes y que el crimen fue cometido del otro lado de la frontera para lograr impunidad.