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¿Cómo evalúa las nueva orientación política que el Gobierno nacional le dio a su relación con el campo, sobre todo la quita y merma de retenciones?
Estas acciones están en línea con lo que se había prometido y lo que veníamos pidiendo desde el sector, ya desde la época de la 125 e incluso antes de esa discusión. Uno tiene que entender que nosotros con un dólar que estaba en el orden de entre los 13 y los 15 pesos, sin embargo nuestros productos valían 9,50 menos, las retenciones que eran de 35% en el caso de la soja y 15% en el caso de la carne. La eliminación de las retenciones y la unificación del tipo de cambio nos da una ventaja comparativa.
Evidentemente, la soja impacta mucho sobre el presupuesto, entonces la retención se irá sacando de a poco. Creo que ese proceso será más rápido de lo que anunciaron porque habrá una disminución del área sembrada con soja. En el caso de la carne, estas políticas le han dado un impulso distinto porque pasa a tener una visión de negocio mucho mejor.
Me parece que la vuelta a la libertad de comercio, no como sistema liberal sino como sistema de libertad de uno poder hacer lo que quiera con lo que le es propio, es uno de los grandes avances a partir del cambio de gobierno.
Los productores prometían el ingreso de 6 mil millones una vez que se tomaran estas medidas, finalmente 2 mil millones nunca se aportaron a la economía. ¿Dónde quedó ese dinero?
Mire, en principio hay que entender lo siguiente: la liquidación de los dólares la hacen los exportadores, el productor tenía muy poca cosecha en su mano en el momento que asumió este gobierno. En segundo lugar, si uno mira las liquidaciones, están un 30% por arriba del período y marzo terminará con 8 mil millones, es decir 2 mil más de lo que se dijo.
Lo que pasó es que desde que se sancionaron los anuncios hasta que se hicieron realmente efectivos y se pudieron hacer las nuevas operaciones con comercio exterior, se tardó un poco. Téngase en cuenta que los negocios con comercio exterior no es como negociar con el carnicero de la esquina. Pero ahora las liquidaciones están cerrando por encima de lo que se había prometido.
En valores reales, ¿cuánto se ahorran los productores con la quita de retenciones?
No se ahorran nada. Es decir, tienen una mejor situación económica en función de que su ingreso es un poco mayor que el que tenían antes. En la soja es muy poco, le diría que el efecto de la quita de retenciones en la soja fue prácticamente destruido por la suba del combustible.
En los otros cultivos, depende la zona en los que estén. Cuando uno mira la agricultura, por ejemplo yo soy de La Pampa y en mi zona no se puede hacer soja. No todo el país es Pergamino, hay zonas que es imposible sacar 6 mil kilos de maíz, y hay otras donde como mínimo se saca esas 6 toneladas. Sin embargo, el gasto en insumos siempre es el mismo, siempre cuesta 350 o 400 dólares por hectárea sembrada.
Entonces, hay abstracciones que no se pueden hacer, son simplificaciones. Hoy, lo importante no son los márgenes, sí es importante la libertad de comercio, sí es importante que en zonas absolutamente ganaderas se deje de forzar el suelo para hacer cultivos que no se tendrían que haber hecho nunca y volvamos a hacer novillos y vacas, que es para lo que sirven esas tierras. El beneficio viene más por ahí que por la rentabilidad en sí.
Después de la devaluación por la unificación del tipo de cambio y de la salida del cepo, toda la economía argentina cruje. Recién dentro de un año vamos a poder decir quién ganó y quién perdió. A veces, en el corto plazo se hacen visibles supuestos ganadores que a los pocos meses se ve que no fueron tan beneficiados. Estamos mejor porque tenemos más libertad para vender nuestros productos.
¿Cómo proyectan el 2016, la campaña que se viene?
Va a ser una campaña muy importante, los rindes que se están viendo de soja son rindes altos. Lo que se espera es que aumente el área sembrada de maíces de segunda, se espera también una vuelta muy fuerte al cultivo de trigo, y aparece nuevamente con firmeza en la rotación trigo-soja, que se había perdido. Pienso que los cereales de invierno, como el trigo, van a tener una posición muy importante. Y, lo que decía hace un rato, la vuelta hacia los campos ganaderos con las vacas y los novillos en lugares donde no se tendría que haber intentado hacer soja.
En el norte los productores mantienen el reclamo de recibir compensación por los fletes, ¿le parece que se les dará rápida respuesta?
Ese es un reclamo que es tan fuerte que nosotros en CRA lo tenemos presente todos los días, no hay reunión en la que no lo planteemos. De hecho, creo que el Plan Belgrano es uno de los grandes anuncios que ha hecho esta administración y que contempla atender a los productores que están lejos de los puertos. Todos estamos detrás de la compensación de los fletes.
Ahora bien, también hay que ver que si salimos con nuestros productos por el Pacífico, en una alianza estratégica con Chile, tenemos menos gastos en fletes. Argentina tiene que trabajar fuertemente para poder embarcar desde puertos chilenos, que para los mercados del Pacífico es una gran oportunidad.
Estando sujetos al mercado internacional, ¿no es tiempo de empezar a proyectar agregarle valor a las producciones primarias?
Sí, por supuesto que hay que agregar valor. Además es por un tema de desarrollo social. Cada vez que sale un camión de trigo, o de soja, o de maíz sin procesar, son horas de trabajo de los argentinos que las exportamos para que se hagan en otro lado. Ese trigo, ese maíz, esa soja, se procesan en otro lado. Solamente por darle trabajo a nuestra gente ya tendríamos que pensar en procesar los productos para agregarles valor, porque esas son horas de trabajo que se pueden hacer acá en vez que se hagan en otra parte.